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La falta de enfermeras ahoga a Cabueñes, que busca a jubiladas

“Nos vuelven a pedir excesos de jornada, pero nos deben horas del año pasado”, protesta el personal, que urge refuerzos

Una vista del hospital de Cabueñes PABLO SOLARES

El Hospital de Cabueñes inicia su verano, el tercero en un contexto de pandemia, lejos de las previsiones que mantenía hace unas semanas, cuando aún confiaba en poder cerrar dos de sus plantas para facilitar las vacaciones del personal y ajustarse al máximo a la escasez general de médicos y enfermeras en todo el país. Pero el pasado viernes las jefaturas de Enfermería tuvieron que reunirse de urgencia después de que a lo largo de la semana, viendo que el alza de los ingresos por covid-19 había motivado la apertura de una segunda planta para positivos en el hospital, el cierre de al menos una de las dos plantas previstas ya no era una opción viable.

La cita se saldó con el acuerdo de ofrecer a las enfermeras en plantilla realizar nuevos excesos de jornada y validar el fichaje de ocho enfermeras jubiladas que ya están trabajando en consultas externas. La primera medida, sin embargo, no ha gustado nada a los sindicatos, que reprochan que el hospital “acumula muchas deudas” en cuanto a excesos de jornada del año pasado que aún no se han compensado. “La solución no puede ser que el poco personal que hay siga doblando turnos. No aguantamos más”, reprochan desde el hospital.

Cabueñes rozó esta última semana los 400 pacientes ingresados, una cifra bastante elevada para estas fechas. Explican los profesionales que este repunte, en parte debido a casos covid, obligó, por un lado, a reactivar la sexta planta impar para ingresar pacientes y a liberar la sexta par con diez camas para nuevos positivos, un área que el pasado viernes aún no se había tenido que estrenar. La sexta planta impar pertenece al servicio de Pediatría, que se ha ido relegando a un espacio central de la planta –la antigua zona de lactantes– que hasta antes de la pandemia no se usaba. La sexta par es la de Digestivo, y era la planta que se esperaba cerrar ahora para comenzar a bajar el ritmo de cara al verano.

Más adelante, se esperaba cerrar también otra planta, alguna del área quirúrgica, una medida que sí se espera que pueda mantenerse pero a que a juicio de los sindicatos “no será suficiente” para garantizar las vacaciones de la plantilla sin volver a doblar turnos. Cabueñes, hasta antes de la pandemia, siempre ha cerrado dos de sus plantas de cara al verano, pero la imposibilidad de hacerlo ahora mismo, sumado a la falta de enfermeras, está provocando tensiones entre jefatura y sindicatos.

La gerencia hospitalaria tiene las manos bastante atadas. La actividad quirúrgica comenzará a ralentizarse en estas próximas semanas, como suele ser habitual en verano, y será entonces cuando se puede empezar a cuadrar mejor los calendarios vacacionales. Ante la falta de personal, ese parón podría haberse realizado antes, pero eso habría implicado desfasar unas listas de espera que siguen multiplicando los niveles de demora de hace tres años. En paralelo, el aumento de casos de coronavirus pilló por sorpresa a toda la red sanitaria de la región, y en Cabueñes se había confiado en poder pasar todo el verano con una única planta para positivos.

En cuanto al fichaje de personal jubilado, el pasado lunes se hizo efectiva la contratación de las tres primeras enfermeras jubiladas, y a lo largo de la semana el hospital pidió permiso para contratar a otras seis, de las que al final solo cinco han formalizado contratos. Según el entorno de las nuevas empleadas, se les ha indicado que su servicio se alargará hasta finales del mes de septiembre. Estas ocho enfermeras jubiladas han sido destinadas al área de consultas externas, para labores de poca exigencia física como las de extracciones de sangre, y su incorporación ha permitido sacar a ocho enfermeras en activo de este área y trasladarlas a servicios en planta. La siguiente medida en cuanto a contratación se espera que llegue en unas dos semanas, cuando se pueda comenzar a fichar a enfermeras recién graduadas, pero a los sindicatos seguían sin salirles las cuentas. La junta de personal, liderada por el sindicato Satse, había pedido entonces reunirse con la gerencia y la jefatura de Enfermería para actualizar sus previsiones. “El descanso del personal es irrenunciable, está agotado”, comunicó el sindicato de enfermeras.

El último paso se dio el pasado viernes, cuando la jefatura acordó ofrecer nuevos excesos de jornada a las enfermeras en activo. Una medida que, viendo los niveles de ocupación del hospital y la falta de enfermeras en la bolsa de empleo, se esperaba, pero que no ha sentado nada bien en el hospital y que ha puesto en pie de guerra a sindicatos como el de Corriente Sindical de Izquierda, que teme que la gerencia esté “haciendo promesas que no va a poder cumplir”. “La cantidad de horas que deben del año pasado es tremenda, no van a poder devolver todo lo que deben. Están haciendo un brindis al sol, otro más”, reprocha el sindicato, que cree que la carencia de enfermeras en toda la región “es especialmente grave en Cabueñes” porque el hospital “nunca ajustó su plantilla a las necesidades reales” que asume ahora el complejo, pendiente de su ansiada ampliación.

A la falta de enfermeras y el aumento de ingresos por casos covid-19 se ha sumado en las últimas semanas un aumento notable de las atenciones del servicio de Urgencias, un incremento que se está replicando por toda la red hospitalaria. “Está siendo un no parar”, reconocen desde el servicio del hospital gijonés, que auguran un verano “difícil” en el área V.

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