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Tomás Revuelta, Jesús Revuelta y Braulio García, en el año 2019 ante el edificio que se construyó en los primeros terrenos del Grupo Covadonga. | JUAN PLAZA / LNE

El Grupo homenajea a Jesús Revuelta y Braulio García medio siglo después de su trágica muerte

“Tenían carácter”, dicen los hijos de los entonces presidente y vicepresidente grupista, que fallecieron en 1972 en un accidente de circulación

El Grupo Covadonga sufría tal día como hoy, pero hace 50 años, uno de los más duros golpes en su ya larga historia. El 28 de junio de 1972 fallecían en accidente de circulación el entonces presidente, Jesús Revuelta, y el vicepresidente, Braulio García. Dos nombres sin los que el club polideportivo no hubiese alcanzado sus actuales dimensiones. La relación iniciada por Revuelta y García en los años 60 del pasado siglo se mantiene aún viva en sus descendientes, que a las 13.30 horas de hoy participarán en el homenaje que la entidad va a llevar a cabo para honrar a las dos figuras.

Ambos se conocían porque las familias regentaban diversas empresas radicadas en la ciudad relacionadas con el mundo del automóvil y la construcción, respectivamente. Cuando Revuelta salió elegido presidente del Grupo, en las primeras elecciones más o menos democráticas ya que solo votaban 40 socios compromisarios, incorporó a García a su equipo como delegado de natación y, en realidad, como su hombre de confianza. Ambos pergeñaron la solución para que el Grupo, entonces en la calle del Molino, hoy Emilio Tuya, pudiese crecer ya que en ese lugar era imposible.

Capilla ardiente de de Jesús Revuelta y Braulio García en el Grupo Covadonga.

En una asamblea de socios celebrada en la Cámara de Comercio, Industria y Navegación el 17 de mayo de 1968, propusieron la creación de una cooperativa de viviendas que comprase los terrenos del club para construir pisos. La cooperativa estaría formada por 300 socios y con los beneficios logrados se podría comprar los terrenos en los que crecer como entidad. Con el visto bueno para la operación, Revuelta y su directiva comenzaron la búsqueda de terrenos y, un año más tarde de aquella primera reunión, convocaron otra para presentar las alternativas: una finca situada en Mareo, otra en Castiello y una tercera en Las Mestas, que fue la elegida mayoritariamente al recibir 48 votos de los 50 posibles (los otros dos fueron para la opción de Castiello). La compra se efectuó por el precio de 24.760.032 millones de pesetas (150.000 euros). Tres meses después comenzaban las obras de lo que en aquel momento se conoció como el “Grupo 2000”.

Ambos representaban además la esencia de lo que se conoce como “espíritu grupista”. En la mente de Revuelta siempre estuvo el crear un club en el que la juventud gijonesa pudiese practicar el deporte en buenas condiciones, algo que en aquellos años era prácticamente imposible. Si Jesús Revuelta y Braulio García fueron piezas indispensables para que el Grupo sea hoy lo que es, no memos crucial fue la intervención de Torcuato Fernández-Miranda, quien había sido compañero de estudios de Revuelta y que desde su Ministerio aportó una importante cantidad de dinero para el plan. Precisamente de una reunión con Fernández Miranda regresaban los dos directivos grupistas cuando a la altura de la localidad segoviana de El Espinar chocaron frontalmente contra un camión. Ambos perecieron. La estrecha relación entre Revuelta y García se prolonga en el tiempo con sus descendientes, Verónica, Braulio, Tomás y Jesús, recientemente fallecido. Braulio y Tomás coincidieron en el equipo de natación del Grupo. Braulio y Jesús lo hicieron años después en la directiva de Ángel Varela.

Los dos en una de las pocas imágenes de ellos juntos que se conservan.

Tomás y Braulio afirman que sus respectivos progenitores eran “hombres de carácter que no se arredraban por nada”. Un carácter que resultó decisivo a la hora de llevar a cabo sus planes para con el Grupo Covadonga. “Tuvieron que vencer dificultades e incluso zancadillas desde dentro del propio club” recuerdan. Tomás Revuelta apunta una, “hubo un socio que llegó a mandar una carta al propio Torcuato Fernández-Miranda criticando a mi padre y sus planes. Lo que no se podía imaginar es la amistad que tenía Torcuato con mi padre hasta el punto de que se la hizo llegar. Yo todavía la tengo guardada”. Una amistad que permitió a Jesús y Braulio entrar por el ministerio hablar por teléfono sin los preceptivos trámites burocráticos y colas habituales. Claro que probablemente algo tuviera que ver las cajas de “princesitas” convenientemente repartidas de vez en cuando entre secretarias y ayudantes.

Las gestiones realizadas para el cambio de ubicación del Grupo Covadonga fue sin lugar a dudas su aportación más destacada al crecimiento del club, pero no la única. Bajo su mandato el Grupo se abrió por primera vez a mujeres y niños. Hasta ese momento había que ser varón y mayor de 16 años para poder ser socio.

Su fallecimiento fue una tragedia no solo para el Grupo Covadonga sino para el deporte local en general y para la ciudad. De manera inmediata la directiva solicitó al Ayuntamiento que la calle que daba acceso al club llevase el nombre Jesús Revuelta y que el pabellón el de Braulio García. Ambos fueron nombrados Socios de Honor y se cerró el club a la práctica deportiva durante tres días. Fue una de las pocas veces que se tomó una decisión así en la historia de la entidad.

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