Jesús Revuelta y Braulio García "unos visionarios" como los definió el presidente del Grupo Covadonga Antonio Corripio, fueron ayer homenajeados en las instalaciones grupistas de Las Mestas el día que se cumplía el 50 aniversario de su fallecimiento en accidente de circulación. Ambos fueron figuras claves en el proceso que hizo en el club gijonés pasase de tener un modesto recinto en la ahora calle Emilio Tuya a las actuales instalaciones de Las Mestas. Jesús y Braulio son el principal ejemplo de lo que desde siempre se ha conocido como el "espíritu grupista", quienes han marcado la ruta a seguir y a quienes las nuevas generaciones de socios deberían agradecer poder practicar deporte en las condiciones en las que lo están haciendo.
"Mantener ese espíritu grupista tantos años después es el mejor homenaje que les podemos hacer", manifestó el presidente Antonio Corripio en su breve intervención ante una audiencia formada por familiares y amigos de los fallecidos. El presidente estuvo acompañado por el vicepresidente Iván González y el directivo Alejandro Rionda. Encabezando la representación familiar los hijos de los fallecidos, Tomás y Braulio arropados ambos por diversos familiares así como la viuda de Jesús, otro de los hijos de Revuelta y que falleció este mismo año.
Entre los presente dos compañeros de junta directiva Agustín Antuña y Alberto Cortina quienes se recordaban con pena que "de aquella directiva de 1967 solo quedamos tres vivos". El otro es Ovidio Cordera que no pudo asistir por motivos de salud. El expresidente Janel Cuesta y el presidente de la Asociación de Veteranos, Lisardo Argüelles tampoco quisieron perderse el acto.
Braulio García, hijo del fallecido, tomó la palabra para acordarse de Jesús Revuelta hijo, fallecido hace unos meses y con el que compartió no solo sentimiento grupista sino incluso relaciones laborales. Tras este recordatorio Braulio y Tomás Revuelta se fundieron en un abrazo en el momento más emotivo del acto.
Un toque de oración a cargo del director del Orfeón grupista Pablo Camblor y la actuación de varios niños del grupo de coros y danzas puso fin a un sencillo pero sentido homenaje.
