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José Carlos Botas García Medalla de oro del Colegio de la Abogacía de Gijón

"El año que juré éramos tres, hoy en las juras hay hasta 500 personas"

"Sigo matriculado en Gijón por una razón sentimental y por los clientes que tengo en la ciudad, ¿cómo voy a darme de baja?"

José Carlos Botas. | F. Rodríguez FERNANDO RODRIGUEZ

El abogado penalista ovetense José Carlos Botas García recibirá el próximo 7 de septiembre la medalla de oro del Ilustre Colegio de la Abogacía de Gijón como reconocimiento por parte del Colegio a sus cincuenta años de ejercicio profesional en los tribunales gijoneses "con una intachable conducta". Es la segunda insignia de oro que recibe este veterano del gremio. Hijo de abogado, en 2018 ya recibió la distinción del colegio ovetense. El tributo del Colegio gijonés tendrá lugar durante la cena anual del colegio, que se desarrollará en el Club de Regatas y en la que Sergio Herrero, quien fuera decano del Colegio entre 2005 y 2020, recibirá la Gran Cruz al mérito en el servicio de la abogacía otorgada por el Consejo General de la Abogacía Española.

–Esta va a ser su segunda medalla de Oro.

–La primera me la dio el Colegio de Oviedo al cumplir los 50 años de que comencé a ejercer, en el año 1968. Esa fue la razón de que me diesen la medalla de oro en 2018 a mí y a Ballesteros. Lo que pasa es que al contrario de lo que ocurre ahora, antes para poder actuar en otros sitios, tenías que matricularte en el colegio de abogados del lugar, por lo que unos años después yo me matriculé en el Colegio de la Abogacía de Gijón también. Y este año se cumplen los 50 años de cuando yo me matriculé en Gijón. De todas formas, por mi actividad, yo me tuve que matricular en muchos colegios de abogados; el Alicante, en Valencia, en Burgos, en León, en Palencia, etcétera. Y resulta que el Colegio de Valencia me dio la medalla de plata y un diploma, por los 25 años de colegiado allí.

–¿Cómo recibe esta distinción que ahora le otorga el Colegio de la Abogacía de Gijón?

–Bueno, es un orgullo, con la única tristeza de que pasaron los años.

–¿En qué nota que ha cambiado la profesión en estos largos años de ejercicio?

–Lo que sucede es que ahora hay muchísima más competitividad, porque hay muchísimos más abogados. Ha crecido muchísimo el número de colegiados. El año que juré yo el cargo en Oviedo, éramos tres. Ahora en las juras hay 200, 300 o 500 personas.

–¿La proliferación de letrados es la única diferencia?

–El ejercicio es igual. Los magistrados son magistrados, y las normas y su interpretación cambian. Hombre, ahora, considero que ejercer es más fácil incluso por el tema de Internet. Antes, obviamente, había que buscar en la biblioteca en los libros correspondientes, y ahora metes una palabra en Internet y te sale todo sobre el tema. En ese sentido es más fácil el acceder a la información jurídica. Muchísimo más fácil, vamos. Y aparte de eso, ahora con el ordenador se pueden modificar fácilmente los escritos que estás preparando. Todo eso cambió muchísimo en ese aspecto.

–A lo que se suma que ahora cualquier abogado de España puede ejercer en Asturias sin estar colegiado aquí.

–Es así. Yo, de hecho, me di de baja en varios colegios en los que tenía que estar cuando era obligatorio para poder ejercer en esos lugares. Pero en Gijón no me di de baja. Es el Colegio en el que tengo más clientes, después del de Oviedo; y, por eso, tomé la decisión de seguir colegiado. Lo que sucede es que el Colegio de la Abogacía de Gijón en una carta a mí me eximieron del pago de las cuotas correspondientes, en razón a los años que llevaba matriculado en el Colegio. También sigo colegiado en Gijón por una razón sentimental. ¿Cómo voy a darme de baja en el Colegio de Gijón cuando llevo ya tanto tiempo?, es lo que pensé.

–¿Cómo ve el funcionamiento del Colegio gijonés?

–Bien, normal, completamente. No tengo queja, si no lo contrario.

Adolfo Venta rechaza la distinción por discrepancias sobre los cargos


El abogado gijonés Adolfo Venta ha remitido una carta al Colegio de la Abogacía de Gijón rechazando la medalla de oro que le han concedido por sus 50 años de ejercicio, como ya había rechazado en su día la de plata. Venta señala en la misiva varios motivos, pero declina enumerarlos más allá de uno de ellos que ya hizo público en 2014, cuando apoyado por 102 letrados, forzó la convocatoria de una asamblea extraordinaria para limitar a un máximo de dos mandatos de cuatro años los cargos en el Colegio. El abogado considera que algunos profesionales se esfuerzan por acceder al cargo de decano, que no está remunerado y obliga a un trabajo adicional, para buscar su proyección personal. Cita además varios casos de antiguos exdecanos del Colegio gijonés que, según él, responden a este tipo de conducta, que considera reprochable. Venta señala que más de 20 colegios españoles tienen el límite de dos mandatos para cargos. Un límite que sigue apoyando para el colectivo en Gijón.

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