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La obra de Calderón de la Barca, parada sin fecha y con casi la mitad por hacer

«Es indignante», claman los vecinos | El Ayuntamiento analiza castigos para la constructora, que retira a sus obreros y pide modificar el contrato

Una familia, cruzando ayer por la calle Calderón de la Barca, con la reforma de la vía paralizada. | Ángel González

Sin trabajadores en el tajo, al 60 por ciento de una ejecución que tenía que haberse terminado el 30 de julio y con la más que previsible opción de que la obra quede inacabada y bloqueada en una maraña administrativa ante la previsión municipal de rescindir el contrato por los incumplimientos de la constructora. Así está la remodelación de la calle Calderón de la Barca, en El Coto, cuyas obras empezaron en diciembre de 2021 tras su adjudicación por algo menos de 1,4 millones a Cotodisa Obras y Servicios.

Olmo Ron, edil de Obras Públicas, se encargaba ayer de comunicar la situación a los vecinos. Fue el concejal quien desveló que la empresa había presentado por registro y un día antes de la finalización del plazo – ya ampliado en 31 días naturales sobre los ocho meses iniciales– una propuesta de modificación del contrato. Propuesta que tras ser analizada por los técnicos municipales va a ser contestada desfavorablemente al entender el Ayuntamiento que todo lo que plantea la constructora estaba en el proyecto original. No la ven justificada. El único cambio asumido por el Ayuntamiento tiene que ver con la aceptación de la petición vecinal de que se sustituyera todo el arbolado de la calle y no solo una parte como estaba previsto

Dependiendo de la respuesta que la empresa dé al no municipal a la modificación el Ayuntamiento actuará en consecuencia pero , adelantó Ron, su concejalía ya ha hecho las consultas pertinentes para ver cual es el proceso de resolución del contrato o las penalizaciones económicas a las que puede someter a la empresa. Para Obras Públicas el hecho de que no haya nadie trabajando cuando a la obra le falta aún mucho y sin que se haya pedido otra ampliación de plazo es motivo para plantarse la resolución del contrato. El problema es cuanto se tardará y cómo agilizar que se pueda rematar la obra. «Cuanto antes» es el horizonte temporal del gobierno local.

La primera queja política llegó desde Foro al denunciar que el gobierno local les hubiera negado en julio que hubiera problemas. «Este es un buen ejemplo de las maneras de este gobierno del PSOE e IU, ineficaz e incapaz a la hora de supervisar y controlar las obras municipales y opaco al ocultar la verdad a los grupos municipales y a la ciudadanía», criticó Jesús Martínez Salvador, que reitero la denuncia forista de que el presupuesto para Calderón de la Barca se hubiera desviado para el «cascayu» .

Para los vecinos, el anuncio es un jarro de agua fría. «Nuestra preocupación es máxima. En este berenjenal quienes pagan los platos rotos son los vecinos que tanto lucharon para que la calle se pudieran arreglar en condiciones y ahora se encuentran con esto», explica el presidente de la asociación del barrio, Christian Guisado, que puso especial énfasis en el problema que la situación supone para los vecinos que ahora mismo tienen problemas para acceder a sus viviendas o garajes. «Lo que no entendemos es que no se haga un control exhaustivo de las obras desde el Ayuntamiento. Es algo increíble. No se puede esperar al último día para ver que falta casi la mitad por hacer», remató el líder vecinal.

La queja es compartida por los residentes a pie de calle. «La planificación por parte del Ayuntamiento ha dejado mucho que desear» es el mensaje común. Para muchos de los vecinos, resulta «indignante» que las obras hayan vuelto a paralizarse. «Yo vivo por la zona y esto va para largo porque lleva bastante tiempo así», afirma Rubén Iván Prado, mientras cruza la calle en obras para llegar a su casa. «Los vecinos estamos muy cansados. Decían que tenía que acabar en verano, pero esto no va a acabar ni de broma este año», comenta. Comparte opinión Ana Lozano, que, aunque ha llegado hace poco al barrio, «por lo que puede ver todos los días, la situación no apunta a que las obras acaben este verano, tal y como estaba previsto».

Los comercios de la zona también están viéndose afectados por las obras. Marián Martín, dueña de una peluquería, tiene la acera que hay delante de su local casi terminada, pero « ya hay ganas de que se acabe todo». Y coincide con sus vecinos en que, «si llevan desde diciembre para hacer lo que hicieron, no sé cuándo van a terminar, pero este verano no va a ser».

Daniel García, de un taller de vehículos, encuentra una explicación a la paralización de la obras en «a subida de los precios en los materiales, lo que ha hecho que se haya sobrepasado el límite de presupuesto y no haya dinero para continuar», y reclama «que se cumplan los acuerdos que tienen estipulados para que todo pueda seguir su curso». Elder Dasilva agradece que «al menos se hayan movido las vallas de las obras hacia los lados para que los coches tengan más sitio para pasar».

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