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Acepta cuatro años y seis meses de cárcel por intentar matar a un antiguo amigo con un cortafrío

El procesado, en prisión preventiva, reconoció los hechos y se disculpó con su víctima, al que atacó por haber tenido la misma novia

El acusado, este miércoles, ante el tribunal de la sección octava de la Audiencia.

Cuatro años y seis meses de cárcel, además de un lustro de libertad vigilada, es la condena impuesta a Luis Manuel H. S., un joven gijonés de unos veinte años que en julio de 2020 intentó matar a un antiguo amigo con un cortafrío porque habían tenido la misma novia. «Quiero pedir perdón por los hechos. Estoy profundamente arrepentido», pronunció este individuo, que cumple prisión preventiva de su arresto, ante el tribunal de la sección octava de la Audiencia después de reconocer los cargos esta mañana. A esa pena hay que sumar el pago de 10.000 euros de indemnización a su víctima.

Luis Manuel H. S. había mantenido una amistad con el afectado –que ejerció la acusación particular en el juicio– hasta un año antes de los graves hechos, calificados como homicidio en grado de tentativa con la agravante de abuso de superioridad. La mala relación entre ambos comenzó cuando el ahora condenado descubrió que había tenido la misma novia que el otro joven. Fue entonces cuando este individuo comenzó a grabar y publicar vídeos en sus redes sociales en los que anunciaba «reiteradamente» sus intenciones de matar a «un hijo de puta» (sic) entre otras descalificaciones y graves amenazas.

Sus lesivas intenciones las cumplió el 2 de julio de 2020, cuando se encontró con su antiguo amigo en la calle Venezuela, a la altura de la avenida de Las Industrias, y próxima a la avenida de la Argentina, y le atacó por la espalda. «Guiado por el ánimo de acabar con su vida, (detalla el escrito del Ministerio Fiscal), se abalanzó de manera imprevista sobre su víctima, le golpeó en la zona derecha de la cabeza con un instrumento de cierta contundencia, con mango de madera y filo, y una longitud total de unos veinte centímetros». El arma empleada para la brutal agresión era una especie de cortafrío, según explicó la Policía tras su arresto.

El procesado huyó del lugar tras perpetrar su ataque, dejando malherido a su víctima. De hecho, tales fueron sus lesiones que, «de no haber recibido asistencia médica inmediata», le hubiesen provocado la muerte, según refleja el fiscal del caso en su escrito. Sufrió «un traumatismo craneoencefálico grave, con fractura deprimida a nivel del hueso parietal derecho con neumoencéfalo y contusión parenquimatosa hemorrágica asociada». Pero se recuperó.

El acusado, tras la agresión, se deshizo del arma empleada. Cuando fue detenido por la Policía Nacional, al poco de los hechos, explicó que había ido hasta la Campa Torres para lanzarla por un acantilado hasta el mar. Ya en la comisaría de El Natahoyo, ante los agentes, Luis Manuel H. S. explicó que se trataba de un cortafrío.

Libertad vigilada

Por todo lo expuesto, este joven afrontaba una pena de cárcel de ocho años, como desveló LA NUEVA ESPAÑA. Pero las partes implicadas en el proceso llegaron a un acuerdo que este miércoles se formalizó en la sala de vistas. Se rebajó la condena a cuatro años y seis meses de cárcel y otros cinco años de alejamiento, que implican la obligación de estar localizable mediante dispositivos electrónicos, la prohibición de acercarse a su víctima (o comunicarse con ella por cualquier medio) además de informar de cualquier cambio de residencia. El acusado, custodiado en la sala por dos agentes de la Policía Nacional, mostró su conformidad con la pena y, al hacer uso del derecho a la última palabra, pidió perdón a su víctima.

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