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Muere un caballo en Santurio tras un amplio operativo de rescate

Los bomberos sacaron al animal, al cuidado de su dueña, que trató de salvarlo: "Lo intentamos hasta el final"

Los bomberos, en la finca, tratando de sacar al animal. | Bomberos

Lo intentó durante más quince horas, pero al final no fue posible. Una mujer dedicada al mundo ecuestre perdió ayer a su caballo, de nombre "Bueu", que quedó atrapado entre una acequia y un muro en una finca de la parroquia de Santurio. Los bomberos consiguieron liberarlo tras un largo operativo, y fue su propietaria quien logró cuidarlo durante toda la noche, con mantas botellas de agua caliente y pienso para tratar de sacarlo adelante y paliar la hipotermia que presentaba. Pero, al final, este caballo con larga trayectoria en el salto de obstáculos, murió sobre las once de la mañana de ayer. "Lo intentamos hasta el final", señala la propietaria, que lo intentó hasta el final.

El incidente ocurrió el pasado martes por la tarde, en una finca de Santurio próxima al restaurante Los Nogales. La mujer acudió a darle la cena a su caballo, pero se encontró que se había enganchado la pata con el alambre de la valla. "Me echaron una mano los propios vecinos, especialmente uno que tiene vacas y logramos que se quedara medio incorporado, intentando calmarlo y que estuviera tranquilo", recuerda la propietaria del equino, un silla francés. Pero por el esfuerzo de querer ponerse de pie, el animal volvió a caer.

Hasta la zona se desplazaron los bomberos, pasada de la una de la madrugada. "Hicieron lo que pudieron, muy atentos y tratando de ayudar al caballo en todo momento", reconoce la propietaria de la labor del servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos de Gijón. La tarea no fue sencilla, primero porque no pudieron llegar hasta esa zona escarpada, con el camión. Los tres efectivos desplazados hasta Santurio lograron liberarlo "gracias al uso de cojines neumáticos", explican fuentes de bomberos, que terminaron sus labores sobre las cuatro de la mañana. "Fueron muy buenos y se manejaron muy bien a pesar de que no están acostumbrados a trabajar con este tipo de animales", valoró la afectada.

El caballo estaba con hipotermia, exhausto. Los pronósticos no eran para nada favorables, pero la mujer estaba empeñada en agotar todas las posibilidades. "Estuve con él toda la noche, solo me separaba pequeños momentos para ir a por las botellas de agua caliente", recuerda, todavía agotada tras todo el periplo. Con las mantas, el pienso, agua con sal logró que el caballo recuperara calor, pasando de los 34 grados al término de la actuación de los bomberos, hasta los 37 grados. Pero al final, no fue suficiente y el caballo falleció.

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