La figura de la semana | Montse Martínez Periodista, acaba de jubilarse tras cuatro décadas en la radio

Montse Martínez, la voz dulce y combativa del transistor

Alegre, reivindicativa, tenaz y con fuerte carácter, pasa ahora a volcarse en la cocina, la música y el baile, sus otras pasiones junto a las ondas

Montse Martínez

Montse Martínez / Mortiner

Pablo Antuña

Pablo Antuña

El pasado martes tuvo lugar el último viaje radiofónico de Montse Martínez. Se despidió de ese ilustre vagón en el que estuvo como maquinista durante las últimas tres décadas. Su programa "El Tren", que primero se emitió en Radio Langreo y después en la RPA (Radio del Principado de Asturias) llega, como su protagonista, a una merecida jubilación. Un descanso para una de las voces más conocidas en el dial asturiano, que desde que se encendió la luz roja del estudio de Radio Minuto en 1984 se coló en los hogares a través de Radio Color, Ser Gijón y de los ya mencionados medios Radio Langreo y RPA. "Es una de las voces más míticas de la radio asturiana, de cuando primaba ese detalle de que hubiese una buena voz para comunicar", cuentan algunos de los profesionales que han coincidido con ella durante su dilatada trayectoria.

Mujer con carácter, reivindicativa, feminista, alegre y rigurosa en el trabajo son algunos de los rasgos que definen a esta popular locutora según sus conocidos. "Tiene un carácter fuerte e ideas consolidades, no se deja achantar por nada ni nadie", comentan sus allegados, que destacan también otras cualidades: "Es muy tenaz, alegre y jovial, y tan convencida de lo que hace que a veces llegar incluso tozuda".

La radio ha sido y es su vida. Escucha todas las emisoras y siempre el transistor está encendido de fondo en casa. Pero eso no le impide desarrollar otras aficiones, como escribir, bailar y cocinar. Lo primero lo ha manifestado incluso con un libro, "Xixón en píldores", un original compendio de anécdotas, personajes y lugares del Gijón de los 60 que publicó hace siete años. Lo segundo, lo dejó claro acudiendo a clases, en los tiempos felices de la discoteca Tik o probando en el claqué. Y de lo tercero dan buena fe sus conocidos, que se chupan los dedos con sus exquisitos postres, una de sus especialidades.

A todas esas aficiones se le suma la música. Ahora, con su jubilación, dedicará más tiempo para la práctica del piano y del góspel, pero sin dejar de lado el jazz, porque primero cantó con los "Adioses Jazz Coral" y en estos momentos está con los carreñenses "Gospel Experience", ya que en la localidad de Guimarán es donde tiene su casa esta gijonesa de adopción, pues llegó a la ciudad con cinco años procedente de Caracas, para establecerse con su madre y sus otras dos hermanas.

La voz dulce y combativa del transistor

Montse Martínez / Mortiner

Celosa de su vida privada, quienes la conocieron en sus años de juventud destacan su gran belleza y que no le faltaban nunca pretendientes. Pero de ella resaltan sobre cualquier otra cualidad "su voz dulce para la radio, que era buena neña y una gran profesional, muy cuidadosa y rigurosa en su trabajo".

Montse Martínez llegó un poco por casualidad al mundo de la comunicación. "Estudiaba empresariales, pero no me gustaba nada. Apareció la oportunidad de la radio. Buscaban voces bonitas y me cogieron. Y ha sido maravilloso todos estos años", reconocía esta semana a este diario, poco antes de afrontar su último programa. Esa prueba para formar parte de la primera plantilla que creó Radio Minuto en Gijón la afrontó en el último mes de 1983. Tocó ahí unos meses para aprender toda la mecánica de la emisora, hasta que en 1984 se puso por primera vez delante del micrófono.

Esa primera toma de contacto la disfrutó durante casi cuatro años, hasta que le llegó una oferta para integrarse en otra radiofórmula, Radio Color, que pertenecía a la Cadena Rato. Ahí esa vena reivindicativa y luchadora le llevó a tener una mala experiencia. Formó parte del grupo que impulsó el comité de empresa. La firma no quería ningún movimiento sindical y, tras revocar aquellas elecciones que había promovido con la UGT, la despidió. Denunció esa maniobra y salió vencedora. Con la espina de que no pudo disfrutar plenamente de aquella radiofórmula impulsada por Carlos Vigón, que traía una música espectacular de Estados Unidos, se buscó otros caminos.

No tardó en volver a la radio. Tras unos meses en el paro, fue fichada por Ser Gijón en 1990, emisora que había tomado el testigo a la antigua Radio Minuto, para que la Cadena Ser mantuviese su representación en la ciudad, ya que se había roto el acuerdo de asociación con la histórica Radio Gijón, que pasó entonces a emitir la programación de la Cadena Cope. En Ser Gijón, le hicieron un contrato de tres años. Y en la emisora retomó el contacto con parte del equipo con el que había coincidido en Radio Minuto, viviendo de nuevo experiencias peculiares y apasionantes, como narrar una Vuelta Ciclista o la feria taurina de Begoña.

"Pasamos años muy buenos, en los que estábamos en todo lo que sucedía en la calle, y no con los medios que existen ahora para transmitir", cuenta un antiguo compañero de Montse Martínez. "Siempre estaba dispuesta a todo", añade. Con un "walkie" y una antena de receptor, le tocaba afrontar una manifestación del naval, hacer programas en la calle, subirse en la moto para contar una etapa ciclista –con algún percance menor– o comentar con Álvarez-Cascos al lado los toros cuando éste era concejal del Ayuntamiento.

Su carrera continuó, tras no ser renovado su contrato en la Cadena Ser en 1994 de la Productora de Programas del Principado, que se encargaba de gestionar Radio Langreo, donde comenzó produciendo el programa "El Tren", para después pasar a presentarlo. Primero lo hizo a nivel local y desde 2011 a nivel regional, después de que esta emisora se integrase en la RPA. En un viaje que le apasionó, contando historias de los vecinos, asociaciones y entidades de las Cuencas y de todos los asturianos. Su gran pasión.

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