Pepín Braña presenta su séptimo libro, sobre "la vida, el amor, la locura, la amistad y la muerte"

"Voy a seguir escribiendo", anuncia el autor durante la multitudinaria puesta de largo de la obra "Mis pensamientos y cartas a Yahveh"

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Entre amigos, con muchas risas, música y también reflexiones, el salón de actos del Antiguo Instituto se llenó ayer para la presentación de "Mis pensamientos y cartas a Yahveh", el séptimo libro de José María Suárez Braña, popularmente conocido como Pepín Braña. Un acto en el que estuvo acompañado por el jefe de sección de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, Ignacio Peláez, y por el escritor Janel Cuesta, y en el que el autor advirtió: "Voy a seguir escribiendo, lo siguiente será ‘Sin pies ni cabeza’, que irá sobre, precisamente, eso, lo que me venga a la cabeza, que no está muy amueblada. Así que veremos en lo que queda", anunció, con su característica sorna, en un acto que se alargó durante cerca de hora y media, y en el que se analizaron fragmentos de una obra en la que, como resumió su autor, se abordan cinco aspectos: "Trato la vida, el amor, la locura (que es donde mejor me salió), la amistad y la muerte".

La presentación del libro tuvo un guiño especial para Alfonso Peláez, fallecido en julio 2021, y que fue el autor del prólogo y epílogo de este libro que lleva años cuajándose hasta que ahora ha visto la luz. "Fue quien me animó a seguir escribiendo cuando saqué mi primer libro, hace 14 años, y me decía que no me preocupase, que más criticaban a Camilo José Cela, y que también seguía escribiendo", recordó.

Suárez Braña quiso aprovechar también este acto para reclamar un reconacimiento para Alfonso Peláez. "Es justo reconocerle a él y a tanta gente de Gijón que hicieron tanto a cambio de nada", precisó, antes de proponer que se ponga una placa en su recuerdo en uno de los paseos del parque Isabel La Católica o algún espacio del Muro de San Lorenzo.

Miguel Cabanellas puso la música en la presentación, con canciones intercaladas para poner la banda sonora a las reflexiones de Pepín Braña en "Mis pensamientos y cartas a Yaveh". Sonaron, por ejemplo, "Mediterráneo" o "Solo pienso en ti". "Es gijonés, quiere a Gijón y tiene las ideas claras", recalcó Peláez. "Los libros que ha escrito son muy serios y con mucha profundidad", subrayó Cuesta.

El autor de "Mis pensamientos y cartas a Yahveh" se detuvo en cada uno de los cincos apartados del libro para compartir algunas impresiones con el público. "La vida debería ser como un viaje en tren, con muchas estaciones, y poder bajarte en la que tú quieras", recitó Braña sobre ese apartado dedicado a la vida. Siguió con un fragmento del amor, antes de pasar a la locura, en la que manifestó: "Se puede estar loco y no ser un genio, pero no se puede ser un genio sin estar loco". Para referirse a la amistad aportó una reflexión fuera del libro, ya que la catalogó como "una de las cosas más importante en la vida". Y cerró con la muerte: "No me asusta, incluso a veces disfruto pensando en ella".

"Mis pensamientos y cartas a Yahveh" es el séptimo libro de Pepín Braña. La anterior publicación fue hace siete años, con el poemario "Hablaré". Antes de todo eso su estreno fue con "Depresiones de Dios" en 2011. "Escribir es un sufrimiento, es trabajar. Y la mayoría de escritores el motivo por el que lo hacen es para vender mucho y vivir bien, a ver si pensáis que Hemingway le interesa que lo disfrutéis", bromeó, en un acto en el que dejó alguna perla más. "Para mí un nacionalista es alguien que no viajó nunca", indicó. "No escribiré del fútbol ni de mis vivencias, porque el fútbol tiene muy poco recorrido para escribir de él", destacó.