En este pueblo manchego llamado Madrid (como le gustaba decir decir a C. J. Cela) está pegando fuerte el calor. Comenzó a mediados de junio y puede que dure hasta la época de vendimiar.
Esto del calentamiento global es mal asunto para la gente que vive del agro y del ganado. Pueden perderse cosechas de uva con perjuicio para los vinateros como ocurrió en agosto del 2003.
En las grandes ciudades como la capital los perjuicios no son menores que en el ámbito rural. Tanto el botijo como el paipay se consideran insustituibles.
Su Santidad el Papa Francisco ha dirigido una enciclopedia sobre el calentamiento medioambiental que a todos nos afecta, especialmente a las personas con menos recursos. A nuestros gobernantes no parece preocuparles mucho. Habrá que tenerlo en cuenta cuando vayamos a votar.