Hace ya años en una entrevista que Javier Cuervo realizó al llorado Víctor Bango, "Vitorón", se leyó un titular memorable: "Vale más una de Zapatero que una de Dom Pérignon". La célebre frase va camino de pasar de ser una exageración del ilustre hostelero gijonés a convertirse en una realidad. Porque los industriales lagareros asturianos están produciendo auténticas obras de arte, muchas de ellas desconocidas en la propia Asturias ya que toda la producción se vende en el extranjero. Son sidras que no se pueden llamar sidras porque son licores de primera categoría que el mundo gourmet de Estados Unidos, de Gran Bretaña y de otros países occidentales lo valora bastante más que en esta región. La sidra se ha elevado por encima del producto que se escancia y se ha convertido en una copa de buen gusto y mejor sabor. O sea, que el producto más tradicional de Asturias alcanza una evolución que es un ejemplo para todos.
La esquina