Alardea la Comunidad de Madrid de que su política fiscal, con fuertes rebajas de impuestos, ha elevado su PIB por encima del de otras comunidades, y considera que eso es una demostración palpable del acierto de su política.
No nos dejemos engañar, la política fiscal de Madrid es simple “dumping” fiscal, no crea riqueza, destruye una parte de esa riqueza y traslada otra. Si un contribuyente traslada su domicilio fiscal a Madrid por una fiscalidad más favorable, aumenta la recaudación de Madrid, pero disminuye la de su comunidad de origen, es decir, aumenta la riqueza de Madrid a costa de disminuir, en mayor cuantía, la de su comunidad y por ende la nacional.
Imaginemos un contribuyente, que en Asturias pague veinte mil euros de IRPF y diez mil de patrimonio. Este contribuyente traslada su domicilio a Madrid y automáticamente paga solo veinte mil euros de IRPF. Asturias pierde treinta mil euros, Madrid gana veinte mil, España pierde diez mil. ¿Se ha creado riqueza? No, ninguna, se ha trasladado parte de la riqueza de una Comunidad pobre a una rica y se ha perdido otra parte de esa riqueza. Por supuesto, si el traslado es real, que en la mayoría de los casos no lo es, Madrid gana además los impuestos indirectos derivados del consumo que ese contribuyente haga en Madrid, y otra vez por supuesto, en detrimento de su comunidad de origen.
Madrid, es a la fiscalidad española, lo que Holanda e Irlanda son a la Europea, una especie de paraíso fiscal que hace que muchas empresas tributen en esos países en lugar de hacerlo allí donde debieran, donde se produce el negocio. La diferencia es que, mientras echamos pestes contra Holanda e Irlanda y pedimos que la Unión Europea intervenga para acabar con esta trampa, aquí, aplaudimos esa política, animados por los voceros de turno, normalmente bien pagados, que nos cuentan su versión de la película.
El problema es especialmente grave si tenemos en cuenta que los impuestos que rebaja o anula Madrid son impuestos directos, que son los que redistribuyen la riqueza, los que hacen que pague más quien más tiene.
Para los españoles, para los españoles ricos, Madrid es un paraíso fiscal, una comunidad donde la carga impositiva es menor que en otras comunidades. Para los españoles no ricos, es una comunidad que les esquilma al obligarles a cubrir la pérdida de impuestos que Madrid se ha llevado, o bien pagando más impuestos de los que pagan o prescindiendo de servicios que no puedan financiar.
Súmenle sucesiones y sociedades.
Lo llaman liberalismo.
