Iniciamos el último mes del año con la paciencia –o la impaciencia, según el gremio al que pertenezcamos– de quien ya sabe que todo el pescado está vendido. Por ejemplo, estos meses de atrás nos hemos ido percatando de que la ciudad tiene unos gobernantes tan indignos como los que les precedieron y que la ideología no tiene nada que ver con la eficacia a la hora de gestionar una ciudad. Por ejemplo, ahí tenemos a un concejal que es un perfecto tarugo en materia de gestión pública, como es el comunista Aurelio Martín, alcaldín por delegación en materia de humos y coches, del que nadie se había percatado de su abundante inutilidad y gran capacidad para armar líos y meterse en problemas hasta que tuvo poder en la gestión de la política cercana. Cuando mandaba la derecha mohosa de Foro y estaba en la oposición, el edil Aurelio parecía decir cosas sensatas y, desde su escaño en la oposición tal se diría que, puesto a organizar sería un tipo eficaz. Daba el pego. Y también lo dio que la gentil dama parachutista, como alcaldesa con mando en plaza que es, pensó que era un tipo con una capacidad incluso por encima de los integrantes de su propia formación política y lo metió de hoz y coz, sin encomendarse a dios ni al diablo, en su equipo de gobierno, entregándole importantes áreas administrativas. Metió clamorosamente la pata la aterrizada desde Carbayonia y ahora es más que probable que lo lamente, aunque no se atreva a enmendarse la plana a sí misma y desprenderse de tamaño incordio, de proporciones colosales, para la villa y su concejo. Porque, vamos a ver, con qué cara comparecería ante los directivos de la agrupación socialista local para contarles que se ha de cambiar el destino o lanzar al espacio a un adherido que figura, nada más y nada menos, como parte de una coalición de partidos, aunque sea uno solo.

Y luego está el problema de los números y la frágil mayoría tan minoritaria de los socialistas en el consistorio. Dícese de la mandataria carbayoniana de Gijón que es sanchista, pero de un sanchismo diferente del que encarna el jefe provincial Adrián Barbón, y que entre ellos saltan chispas. Tenemos por tanto a una alcaldesa cercada; en primer lugar, por su propio carácter que la hacen una perfecta inútil y, en segundo, por la parte política del mando regional, tanto en la parte política como en la institucional.

Es por ejemplo esta dama integrante del consejo de Administración del Puerto. ¿Confiamos que sean para ella una prioridad los actuales problemas de la terminal de contenedores muselina? Hay grandes dudas al respecto.