El traumático año del coronavirus va a terminar en el Hospital de Cabueñes con el mejor anuncio posible: la concesión de la licencia municipal que desbloquea la primera fase de la ampliación, tan esperada como retrasada por promesas políticas rotas. El Ayuntamiento cumple así con su parte del trato para esta compleja operación que echará a andar en medio de una pandemia, con todo lo que eso implica para la logística. Pero que no puede esperar ni un día más porque el centro sanitario hace tiempo que se quedó pequeño y en bastantes aspectos obsoleto. La gran remodelación no solo implica un reto para el sistema sanitario de la región en su conjunto, sino que será una prueba de fuego para el socialismo asturiano, que ha hecho bandera del proyecto con el asta aún por clavar.
