Tal parece que el Principado no se ha enterado de que los dineros europeos para la recuperación del covid ya están a la vuelta de la esquina. Mientras que en otras regiones, como Galicia o el País Vasco, los criterios para desarrollar los proyectos encaminados a rascar del millonario bote se los sabe de carrerilla hasta el último concejal del pueblo más remoto, en Asturias ni siquiera se conoce qué capacidad de maniobra tendrán los alcaldes. La parsimonia del Gobierno regional, que puede salir cara, ha puesto en guardia al Ayuntamiento de Gijón, que ya prepara propuestas por su cuenta y riesgo, aunque a ciegas por falta de directrices. El plan para regenerar el poblado de Roces, desvelado en estas páginas, es solo la punta de lanza. Sería imperdonable que la ciudad se quedara sin parte del maná comunitario porque otros anden dormidos en los laureles.
