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Eloy Méndez

Taza y media

Eloy Méndez

Tres salidas para un avispero

La gestora, como opción más viable para la sucesión de Marín

Mariano Marín se convirtió ayer en el último caído en combate del ciclópeo campo de batalla que es desde siempre el Partido Popular de Gijón, una organización que ha interiorizado el cainismo como forma de vida, lógica causa de su descapitalización y ruina electoral. Pero antes de cruzar el umbral de la sede de Álvarez Garaya, símbolo de la nada por la falta de actividad, se despachó a gusto contra Teresa Mallada y su equipo con un discurso leído y cargado de gruesas acusaciones. El más vigoroso de todos los que ha pronunciado en sus seis años de presidencia. Su portazo abre una sucesión incierta, pero que, estatutos en mano, sólo tiene tres salidas posibles: la convocatoria de un congreso extraordinario, la elección de un nuevo líder mediante votación de la junta local o la puesta en marcha de una gestora. La tercera opción gana ahora fuerza.

A nadie en la dirección regional del PP se le pasa por la cabeza convocar un congreso en el corto plazo. Eso supondría agitar un avispero que acaba de saltar por los aires por enésima vez tras un mes de extrema tensión. Citar a las urnas a las siete familias con actitudes más o menos belicistas que coexisten en el seno de la formación sería destapar la caja de Pandora de forma innecesaria. Salvo sorprendente orden de Madrid en sentido contrario, ese camino está descartado por varios meses, como poco.

Que la junta local elija de entre sus 68 miembros al sustituto de Marín, tal y como dictan las normas internas en el supuesto de dimisión del presidente, entraña también notables riesgos. El mejor posicionado, por apoyos y por cargos, sería Pablo González. Pero ni mucho menos tendría garantizada la abrumadora mayoría que respaldó con sus firmas la petición de un expediente disciplinario contra el ya dimisionario. Otro refriega sobre las ruinas es algo que el PP no se puede permitir a estas alturas. Sólo una negociación pausada entre muchos garantizaría la viabilidad de esta alternativa. No parece que haya mucho tiempo, aunque tampoco es imposible.

De ahí que en las últimas horas haya ganado fuerza, entre militantes y dirigentes de distinto rango, la puesta en marcha de una gestora que marque el camino hasta el congreso. La gran duda en este caso es quién estaría dispuesto a asumir el empeño de normalizar la vida interna y de sostener la lupa sobre el portavoz municipal, Alberto López–Asenjo. La respuesta es cuestión de días.

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