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Luis Miguel Piñera

Otra historia local

Luis Miguel Piñera

Clase obrera en 1885

El gran estudio sobre el tema de Fernando García Arenal

“En Gijón hay pocos obreros que no sepan leer y escribir. En la industria, canteros, albañiles y carpinteros lo saben el 90 %; en cambio en la gente de la mar, sobre todo los pescadores, es regla que no tengan rudimento alguno ni aun de lo más elemental de las primeras letras”. Sobre la situación de la clase obrera gijonesa hacía 1885 seguramente no hay mejor estudio que el que realizó el ingeniero Fernando García Arenal y que se publicó gracias al Ateneo Obrero de Gijón en ese 1885. Luego se reeditó en 1980 con una introducción de Ramón Alvargonzález.

“Hay unanimidad en cuanto a que los obreros gijoneses sienten una profunda antipatía hacia las demás clases sociales; algunos se han expresado con más calor y dicho que odiaban a los burgueses, que veían en ellos más que tiranos que chupaban y vivían del sudor del obrero a cuya costa se enriquecen”, nos cuenta García Arenal. Federico Engels había publicado “La situación de la clase obrera en Inglaterra” cuarenta años antes, pero el hijo de Concepción Arenal no se quedaba atrás: “Los obreros gijoneses no están unidos, y así los grandes propietarios, los hombres de negocios y los capitalistas tienen las ventajas que les proporciona esa imperfecta organización social”.

Nos llama la atención algo de lo que cuenta sobre las cigarreras de Cimavilla. La entrada a la fábrica podían hacerla entre las siete de la mañana y las nueve, sin hora fija, y además a las once de la mañana podían salir a sus casas las que estaban criando, y se consentía que “vayan a sus casas a dar de comer a sus hijos y marido”. En el mismo año de la publicación del libro de García Arenal hubo un sonado motín de las cigarreras gijonesas, protestaban contra la posible existencia de máquinas en su fábrica. No fue la única protesta en España, pasaba también en las fábricas de Madrid y de Santander que se habían levantado por la misma causa: había corrido el rumor de que se iban a instalar máquinas para elaborar cigarrillos, y que sobrarían empleadas.

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