Los clubes sociodeportivos de Gijón, diversos en tamaño e idiosincrasia, han encontrado en la pandemia un trampolín para engrasar vínculos a fuerza de compartir problemas, como reflejó hace tres días una imagen publicada por LA NUEVA ESPAÑA, con todos sus presidentes juntos animando al Sporting. El Grupo Covadonga, el Santa Olaya, el Club de Regatas, el Club de Tenis, el Club Hípico Astur y el Club de Golf de Castiello han tenido que hacer de tripas corazón por los golpes económicos derivados de los cierres temporales, la cancelación de cursillos y, en mayor o menor medida, la pérdida de masa social. Pero se encuentran inmersos ya en planes bien de ampliación o bien de reordenación de sus infraestructuras. Que estas entidades miren hacia adelante es positivo no solo de puertas adentro, sino para toda la ciudad, porque generan actividad y promueven hábitos saludables y nobles.