Allá por el año 2009, el tranvía era el proyecto estrella del gobierno local (PSOE e Izquiera Unida), que nos vendieron para conectar mi barrio de Nuevo Roces con el centro de Gijón. Un túnel por donde iba a pasar y que sería la solución para salvar la autopista A-8. Por él circularían, no solo el tranvía, sino bicicletas, peatones, coches y autobuses. Nos vendieron el barrio, pero los políticos de turno nos dejaron vendidos. El túnel uniría la calle Antonio Machado con la calle Benito Otero. El túnel, que sí aparece pintado en el Plan General de Ordenación Urbana, aprobado en el 2019, parece que a nadie le importa, nadie piensa ponerse a la faena. Es la única solución factible para dar salida vertical hacia Gijón (aunque también lo seamos) en un barrio que se “peta” y satura la glorieta de El Llano y la carretera de la Carbonera
Ciudades como Zaragoza, Málaga, Granada, Vitoria, Alicante... lo tienen y ya no digamos en otras zonas de Europa, que juegan en la primera división de la movilidad. ¿Que no es barato? Pues claro. Pero hay que aprovechar los fondos europeos y estatales para la movilidad sostenible y de activación de la economía por motivos del covid. Todo se lleva al tema del autobús eléctrico, pero, ¿acaso el bus eléctrico tiene autonomía para funcionar sin cargar durante una jornada entera? ¿Acaso el bus transporta los pasajeros que puede llevar un tranvía? Para este Ayuntamiento todo son problemas cuando de futuro se habla. Se trabaja en el cortoplacismo y cuando se plantean proyectos de envergadura no nos ponemos de acuerdo “ni para elegir el restaurante”. No se ponen las luces largas para ver un Gijón europeo y se ponen palos en las ruedas de las carretas con las que nos movemos en Gijón.
Emtusa es una gran empresa, debemos de sentirnos orgullosos de ella, pero su gerencia es inmovilista y un tanto anodina. Llevamos desde mi barrio diez años reclamando autobuses transversales que no pasen todos por el centro ,y hasta hace unos días no se puso la línea 71. Enhorabuena a los agraciados y espero que vengan más y nos toque la “pedrea”.
El tranvía podría también gestionarlo Emtusa; pero este es asunto de voluntad política. Y ya, si dejamos los dineros a un lado y nos ponemos nostálgicos ¿No sería atractivo turísticamente y romántico ver de nuevo el tranvía por las calles de Gijón? Algunos me llaman utópico, pero son los que no sueñan con un mejor Gijón. Mientras tanto seguimos reclamando que el autobús 16 entre en el barrio y haga una parada en la plaza de la Braña, algo que llevamos pidiéndolo siete años. Obviamente en la línea pesimista de la gerencia de Emtusa todo son problemas. Pero quién sabe algún día igual alguien nos ayuda a coger el tranvía.
