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Paco G. Redondo

Qué verdes

El caso alemán y el “solarón” gijonés infrautilizado

En Alemania parece parte del electorado de la CDU cristianodemócrata se ha ido a los Verdes. Ahora está muy en candelero la cuestión climática. Siendo Ángela Merkel bien valorada según encuestas, no parece sus votantes de repente en vez de ser de derechas sean de izquierdas. Más bien influyente ha podido ser la evolución del movimiento ecologista. De unos inicios antisistema e izquierdistas, que los situaban en una relativa marginalidad, hacia posturas transversales y pragmáticas, con posiciones sociales avanzadas y económicas liberales, que les permite en un momento dado pactar acuerdos con la socialdemocracia del SPD o el centro derecha de la CDU. En España esa evolución no se ha dado, y los ecologistas siguen como apéndices de los comunistas, antes IU y ahora Podemos, echando la culpa a Europa de la contaminación de China.

¿Por qué esa obsesión en contraponer el aumento de la prosperidad humana con la defensa de la naturaleza? Resulta mucho más lógico abogar por un crecimiento económico sostenible en nuestro medio ambiente. En el caso de Gijón vuelven a dar vueltas con el Plan de Vías, de hecho, llevan 20 años haciéndolo: ahora la estación intermodal 400 metros más acá; cuatro años después, 400 metros más allá. La novedad es que ahora hay que rehacer los proyectos para cambiarla 200 metros de sitio. Todo ello por supuesto con planos ilustrativos con colorines atractivos. De lo que no se sabe es de los presupuestos ni los plazos para llevar las obras a cabo, que es como construir castillos en el aire. Y entre tanto marear la perdiz, se mantienen guays y entretenidos.

Aparte del tema fundamental de presupuestos y plazos, al nuevo proyecto presentado con la estación intermodal en Moreda hay que hacerle dos observaciones. Respecto a lo “progre” que es bajar el número de pisos a construir. Si planteaban una torre de 24 alturas, mejor de 20; si era de 20, mejor de 16; y si era de 16, mejor de 12. La realidad es al revés. Si en gran parte se va a financiar el conjunto con el dinero de la venta de solares para pisos, cuantos más resulten, más dinero para el proyecto. Además, una torre de 24 pisos libera el doble de espacio para otros servicios que dos torres de 12. Y en el diseño del nuevo “solarón” no se observa una parte para su uso principal actual: solaz para perros; los espacios son muy amplios y dan para casi todo. Lo peor, un erial verde.

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