La creación de varios grupos de trabajo, con asesoría externa mediante, para abordar la absorción de las dos fundaciones municipales (Servicios Sociales y Cultura) y del Patronato Deportivo por parte del Ayuntamiento significa que la liposucción del obeso entramado consistorial avanza, pero mucho más lenta de lo deseable. La operación, que no tendrá efecto nocivo alguno para los servicios prestados, implica el primer intento medianamente ambicioso de actualizar la Administración local en lo que va de siglo, acabando con estructuras creadas en su momento para eludir controles ordinarios. Y de paso pondrá fin a dos prácticas perniciosas: la elección de representantes para los órganos dentro de los partidos (muchos no saben a menudo ni lo que votan) y el consiguiente pago de dietas.