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Paco G. Redondo

Hispanidad

España llevó a las Américas del Neolítico al Renacimiento

Ahora está de moda en las Américas derribar estatuas de Colón e Isabel la Católica, acusándoles los izquierdistas e indigenistas de esclavistas y genocidas, más en base a consignas sectarias que a datos históricos. Quienes practicaron el esclavismo a gran escala fueron los aztecas, y Simón Bolívar, llamado el libertador, quien a su muerte en sus diez haciendas tenía unos 2.000 esclavos. La reina Isabel la Católica prohibió la esclavitud en 1500. La hispanidad llevó América del Neolítico al Renacimiento. Si es por honrar figuras históricas, América debería llamarse Isabelia. Y quienes promueven tal demagogia tienen en la ruina a los cubanos con el comunismo, a los mejicanos con las mafias, o a los venezolanos con la hiperinflación. Cínicos para desviar la atención.

Si Hernán Cortés con unos 500 soldados al principio pudo conquistar el Imperio Azteca de 2 o 3 millones de habitantes fue porque los pueblos mexicas –la mayoría de los que poblaban el Méjico actual– se pusieron de su parte para liberarse de la brutalidad azteca. Tal imperio tenía decenas de miles de esclavos, y cada año mataba a miles (sí, a miles, no decenas de ellos) en sacrificios humanos y les comían el corazón; los aztecas eran imperialistas, genocidas y caníbales. Los “historiadores” panfletarios multiplican por 4 o por 5 el número de habitantes precolombinos para inventarse un genocidio a cargo de los españoles. Lo cierto es que la mayoría de los mejicanos actuales son mestizos, lo cual prueba que no hubo exterminio, sino mezcla: claro y evidente. ¿Cuánto valen las ciudades, iglesias, escuelas, hospitales, talleres y caminos fundados?

En cuanto al idioma, la función de las lenguas es comunicarse. El español nos permite comunicarnos con 500 millones de personas en el mundo actual. Curiosamente en España los separatistas periféricos lo llaman castellano para hacerlo de menos, como que no fuera la lengua común española, sino solo la lengua de Castilla obligada a ser hablada por los demás, y pretenden eliminarlo en la enseñanza y la administración para montarse sus chiringuitos feudales. La realidad es que en América hablan andaluz, de ahí el ceceo y seseo en Colombia como en el Guadalquivir, pues los colonizadores pasaban meses en Sevilla antes de embarcarse, mediante la Casa de la Contratación, y cogían el acento. Segunda lengua en EE UU, quieren matarlo, pero crece y ramifica.

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