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Paco G. Redondo

Qué enseñar

También es importante aprender contenidos para mejorar

El Gobierno suprime las calificaciones numéricas en Primaria, a ver si algún alumno saca un 3 en vez de un 6 en una prueba que le ha salido mal y se va a deprimir. ¿Todo quedará en que todos progresan igual en todo? En el fondo parece la idea, más que socialista utópica, socialista absurda, que lo importante en la escuela no es aprender, sino la igualdad de resultados. Cada persona es distinta, y el Estado no puede uniformizarlas mediante un decreto, ello lleva al Estado totalitario que se concreta en dictadura y miseria. Cada persona tiene unos intereses, capacidades y méritos diferentes. Lo justo es la igualdad de oportunidades. Imponer la igualdad de resultados es lo más injusto en lo personal, y lleva al estancamiento social. Los números en sí no son perversos, solo para quienes no les salen las cuentas, y disimulan con chanchullos.

¿Por qué lo clásico, el dictado o la regla de tres, van a ser malos? En cuanto a la enseñanza primaria, como la secundaria o cualquier otra, que los contenidos no importen es una falacia. El objetivo de la enseñanza no debe ser ni jugar ni la erudición, sino aprender deleitando. Los docentes contribuimos a educar, pero con unas horas a la semana durante un curso, la principal responsabilidad de educar es de las madres y los padres. A cada reforma surgen iluminados que creen mejorar todo eliminando aprendizajes, y proponiendo retóricas socializadoras: sin libros, sin exámenes, sin esfuerzo. Se puede incautar el dinero o la propiedad ajena, pero no se puede incautar ni repartir el esfuerzo y el mérito ajeno. Cada quien es hijo y consecuencia de sus obras.

La puntuación es una manera de objetivar los rendimientos. ¿Lo justo sería que todos los partidos de fútbol acabaran en empate? Más bien, lo grotesco, cual chiste de Gila. ¿Cómo se objetivan las competencias adquiridas, con consignas? La primera ley que estableció la enseñanza universal y gratuita en España fue la Ley Claudio Moyano de 1857 con el liberal conservador Narváez: ¿cuántos historiadores “de izquierdas” la citan? Sin contenidos objetivos no hay historia ni matemáticas ni ciencia. El adoctrinamiento y el panfleto son otra cosa, tergiversaciones. Lo que necesitamos no es venezuelizar ni arruinar la enseñanza española, cuanto impulsar la madurez y el progreso, nuestra capacidad crítica y constructiva. Menos sofismas y más hechos.

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