Aunque nada haga indicar que la residencia del campus de Gijón esté en riesgo, la Universidad ha decidido curarse en salud tras el fiasco de la primera licitación de la ampliación del Hospital de Cabueñes y el brutal encarecimiento de los materiales causado primero por el impacto del covid y, ahora, por las secuelas económicas de la guerra. Los dirigentes académicos van a reunirse con miembros del sector de la construcción para escuchar a los que realmente saben y para disipar cualquier duda al respecto, dando una lección a otras administraciones que siguen sin mover un dedo ante la difícil situación que va a atravesar la obra pública durante los próximos meses. Tan cierto es que no se puede controlar todo como que es imposible aprobar sin hacer antes los deberes.
