La visita de la ministra de Transportes a Ribadesella hace unos días fue tranquilizadora para los intereses de Gijón en tanto en cuanto demostró, por primera vez, que está al día de todo lo que tiene que ver con la nueva versión oficial sobre el plan de vías, después de algunos sonoros silencios y varios preocupantes regates. Vino a decir que el calendario anunciado recientemente por la Alcaldesa es el correcto y que, en menos que canta un gallo, estarán sobre la mesa los protocolos llamados a desarrollar las piezas fundamentales del rompecabezas ferroviario. Que Raquel Sánchez sepa de lo que habla cuando se refiere al principal proyecto de su departamento para la mayor ciudad de Asturias es alentador, aunque la falta de datos sobre la financiación siga siendo sobrado motivo de desconfianza.
