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Filippo Priore

Por libre

Filippo Priore

Otra bofetada de realidad

Sobre el derbi de Sporting y Oviedo

Pues a la tercera tampoco fue la vencida y el Real Oviedo con muy poco, pero eso sí, más que el Real Sporting, se llevó el tercer derbi consecutivo por la mínima disputado a orillas del Piles. Los de Ziganda tenían claro el plan desde el inicio: seguir por el camino que les ha llevado a ser uno de los más serios aspirantes a jugar el playoff de ascenso. Ese que en Segunda es sinónimo de estar arriba: portería a cero y luego a lo que caiga, que siendo este Sporting de Martí el rival que tienes enfrente, las posibilidades de que te caiga algo son notables.

Por su parte, los sportinguistas, con un estadio a rebosar con el público entregado a muerte, volvió a dar esa preocupante sensación de inconsistencia defensiva y una ausencia de plan alguno, algo que al menos con el anterior entrenador sí parecía haber. En este caso se puede decir que el cambio de cromos en el banquillo no ha resultado muy fructífero. Lamerse las heridas ahora diciendo que el empate no habría sido injusto, resulta de poco consuelo para esta afición rojiblanca, para quienes los derbis comienzan a ser una auténtica penitencia.

El equipo desde aquella posición de liderazgo, que ahora se antoja una broma pesada de mal gusto, se ha ido desinflando como un globo pinchado, con determinados jugadores fundamentales al inicio, que han bajado como las mareas de nuestra playa de San Lorenzo. Normal que desde hace algunas jornadas, quien más quien menos, mire de reojo a los equipos de abajo. Hay verdadero pánico a que alguno de ellos pudiera despertar.

Con todo, casi peor que la derrota, fue el bochornoso espectáculo final protagonizado por alguno de nuestros jugadores, respondiendo de manera injustificable a una provocación previa del portero carbayón. Con esas imágenes que en toda España (y fuera de ella) se han visto, no te pones al mismo nivel de quien una vez más demuestra no saber ganar, sino que quedas aún muy por debajo. Tan por debajo como lo estamos en la clasificación, que es lo único que cuenta. Tiene que haber duras sanciones de carácter interno, además de las que lleguen por cauces ligueros. Si es que cuando las directivas no dan ejemplo, estas cosas luego es fácil que ocurran.

No sé en el caso el Oviedo, pero en el del Sporting, estoy convencido de que la amplia mayoría de la afición no respalda el que se manche de ese modo el escudo del club, dejando los valores deportivos de la entidad a la altura del betún. “Magnífico” ejemplo para los canteranos que sueñan con vestir la elástica rojiblanca del primer equipo y en general para el fútbol base. Así no, Sporting. Así no.

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