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Isabel Menéndez Benavente

Tormenta de ideas

Isabel Menéndez Benavente

Pegasus, lo que faltaba

El espionaje a los móviles de politícos

Aquí me tienen. Volando hacia una semana de descanso, que bien que me lo merecía. El trabajo en la clínica está siendo extenuante por la pandemia mental, así que llevo meses sin poder dormir porque el estrés me lo impide.

El caso es que quizás no pueda descansar demasiado, aunque el cansancio será distinto, maravilloso, porque es el que me puede ocasionar mi princesa celta, con su maravillosa energía. Su abuelo y yo nos la llevamos para que ella también disfrute de unas vacaciones diferentes, con los tatos. Así que estoy encantada y dispuesta a pasarme otra semana sin dormir, pero feliz como una perdiz. Aunque todo esto ya se sabe, o sea lo sabe todo el mundo, porque como he tenido varias conversaciones con mis hijos informándoles de mis planes, el gobierno, es decir Pedro, y por ende Mohamed VI, ya están al cabo de la calle de todos mis pasos. Supongo que también de los de ustedes, je, je. Así que cuidadín. Que vamos a ver. Ya sabemos que desde que tenemos los móviles y demás aparatejos, nuestra vida deja de ser nuestra. Más claro que el agua. ¿Les ha pasado que están hablando, por ejemplo, en una conversación cualquiera de un viaje a un país y en cuanto abren el móvil les salen anuncios exactamente de ese lugar? Si, ¿verdad? A mí no una, sino varias veces. El que me espíaran a mí, no tiene ninguna importancia. Mi vida es tan normal que no tiene interés ninguno, lo más escabroso que podrían encontrar serían los WhatsApp con muchos tacos, con estrellitas eso sí, que es uno de mis defectos al escribir en familia, claro que en lo demás trato de ser muy fina. Lo que me preocupa es que, al presi, le tengan el teléfono oficial prácticamente duplicado, y se estén enterando vete tú a saber quién, de todos nuestros secretos nacionales y que sea una maravillosa estrategia para poder chantajearle a él y de paso a nosotros, a toda España. Y para rizar el rizo, otra mentira más. Nos han dicho que lo habían detectado hace menos de una semana y luego sabemos que lo sabían desde hace un añito y ni flores, no nos han dicho absolutamente nada, hasta ahora. Mejor tenérselo calladito, que los españoles no nos diéramos cuenta de que estamos en un país de ineptos que parece tercermundista. O sea que en este país la seguridad es un desastre. ¡Virgen del Carmen! hasta Putin puede estar calculando dónde van a estar nuestros envíos de armamento, o el famoso barco que los portaba, aunque bueno de dar su nombre y casi su ruta, ya se había encargado el propio Pedro. Yo insisto. Que Dios nos coja confesados. En qué maravillosas manos está esta España nuestra.

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