Parece que en el PP de Gijón empiezan a surgir candidatos antes incluso de tener una convocatoria oficial hecha. Ahora sale a la palestra un empresario gijonés, José Manuel del Pino. Según él con una masa creciente de afiliados que le apoya, e incluso según sus palabras con el conocimiento y se supone que bendición de la dirección regional.
No es una situación nueva. Allá por el otoño de 2020 otro empresario, Germán Heredia, hizo amago de presentar candidatura a un congreso fantasma, que por fantasma al final no se llegó a producir. Supuestamente había un nutrido grupo que le apoyaba, y en las noticias del momento también se decía que contaba con buena relación y con la confianza de la dirección regional. Todo quedó en una candidatura esporádica y otoñal.
Según una entrevista a José Manuel del Pino publicada en LA NUEVA ESPAÑA esta semana, parece que el motivo de esta nueva candidatura es que Pablo González es demasiado “presidencialista”. Además, habla de dar la voz a los afiliados, “es tiempo de escuchar más a los afiliados”. Dos matices. El primero, parece lógico que un partido totalmente vertical y netamente presidencialista, sus dirigentes sean eso, presidencialistas. El segundo, dar la voz ¿a qué afiliados? ¿a los que han afiliado solo para votar en un congreso? ¿a los cuatro que acuden como voluntarios a las carpas improvisadas?
Intuyo que esta candidatura, esporádica y primaveral, conoce bastante poco el PP, sus estatutos y su modo de funcionar. Tanto el presidencialismo como la nula participación de sus bases van en el ADN del PP. Pretender lo contrario es navegar entre la demagogia o el quijotismo.
El PP es un partido sin proyecto, sin ideas, sin afiliados. En Gijón, desde que Mercedes Fernández impuso una gestora, el PP camina a la deriva. Un repaso por la hemeroteca de los últimos años lo corrobora: ausencia de iniciativas sensatas y con peso, falta de oposición contundente. En el futuro del PP de Gijón no habrá sobresaltos. Habrá congreso y lo ganará Pablo González. Lo lógico y natural según el modo de funcionar del PP. En las municipales los resultados mejorarán por influjo nacional y por desgaste del PSOE. Pero el paso definitivo entre quedarse en un leve mejorar y un categórico ganar está en construir y presentar un proyecto sólido para Gijón y Asturias, y una candidatura en la que no estén ni los de siempre ni los que esperan agazapados un puesto sin mayor mérito que el anodino “estar”, desprovistos de cualificación académica y profesional.
