Hace unos meses, los cines españoles exhibieron una película–documental a la que la mayoría de los miles de espectadores que pudieron verla en todas las provincias dieron el visto bueno con encendidos aplausos al director y a todos los que actuaron en ella: historiadores prestigiosos, tanto de España como de Hispanoamérica. La película supuso un ataque documentado y frontal contra las mentiras que la Leyenda Negra ha vuelto a airear con total impunidad y odio. José Luis López Linares, con tres "goyas" en su intensa carrera cinematográfica, se ha servido del magistral ensayo de María Elvira Roca Barea, investigadora en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y docente en la Universidad de Harvard, "Imperio Fobia y Leyenda Negra", para desmontar todas las falsedades sectarias contra la evangelización de España en los territorios que formaron el Reino de España, como los virreinatos, que nunca fueron colonias, en el sentido en el que lo fueron los territorios ingleses.
Justo lo contrario a otras películas o series que han presentado a España como un país cainita y retrasado, lleno de odio y de violencia, con un rey, Felipe II, con tintes negros y terroríficos (por no hablar del Santo Oficio, Inquisición, con sus piras quemando brujas y herejes como novelaba Dostoiesvky en "Leyenda del gran inquisidor"). Son tópicos que se repiten en universidades, colegios, incluso con la exhibición turística de instrumentos de torturas en locales públicos de diversas ciudades españoles, algo tan falso como fantasmagórico. En España, no se quemó a ninguna bruja, lo sí sucedió en Europa, donde miles de ellas fueron abrasadas. La película–documental resalta, por contra, la importancia que España tuvo en el comercio mundial de la primera globalización.
Como queda perfectamente reflejado en unas secuencias espectaculares sobre los negocios entre España y China, tan de actualidad estos días. La primera globalización se produce pues cuando Elcano llega a Filipinas y después consigue regresar a Acapulco, México. El galeón de Manila establece una ruta comercial que durará 250 años. Esta ruta estaba fundamentada en el comercio de la plata entre China y España desde Filipinas. La importancia de la plata fue decisiva, porque era la única moneda que los chinas aceptaban en su comercio; la moneda era el real de plata de ocho, moneda mundial. Pero la globalización no fue solo económica sino también tuvo sus vertientes religiosa y cultural. El catolicismo se expandió donde estuvo el Imperio Español, donde nunca se ponía el Sol. La evangelización fue sin duda la hazaña más importante de la globalización. Todo esto queda perfectamente plasmado en esa gran película que es "España, la primera globalización".
