París

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, cumplirá el próximo día 16 su primer año en el Elíseo, pero lo hará con el raro mérito de ser el jefe de Estado más impopular de la V República. Sin embargo, lejos de reconocer errores y fiel a su estilo, Sarkozy echa la culpa de su impopularidad a la prensa, de la que dice que no le ayuda, y para contraatacar amenaza con poner bajo control a la agencia oficial de noticias, «France Presse», que siempre se ha caracterizado por su independencia.

De todo esto informó el jefe de Estado francés, en una reciente reunión, a los diputados de su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), informó ayer el diario «El País».

La amenaza de Sarkozy podría acabar en la elaboración de una norma que obligara a «France Presse» («AFP») a difundir todos los comunicados del Gobierno, de los partidos políticos del arco parlamentario y de los sindicatos, según desveló el domingo la ministra de Cultura, Christine Albanel, a «Le Journal du Dimanche».

El mensaje del presidente francés a los diputados de la mayoría parlamentaria fue muy claro: «La prensa no me ayuda», les dijo Sarkozy, que ha llegado a la conclusión de que no tiene oposición y de que, en Francia, ese papel se lo han reservado los medios de comunicación.

No es ésta la primera vez que el mandatario francés carga contra los medios que no le son fieles. Pero el ataque a «AFP» ha sido recibido con gran inquietud por el sector y como «la guerra total» por el Sindicato Nacional de Periodistas franceses (SNJ), que denuncia que el anunciado proyecto de ley sobre la protección de las fuentes se ha convertido en algo «más peligroso que útil».

Además, señala que el presidente no ha cumplido ni una de sus promesas de defender la calidad de la información mientras el sector está sumido en una profunda crisis.

Los dardos de Sarkozy se dirigen, especialmente, contra los semanarios «L'Express» y «Marianne» y el diario «Le Parisien», además del citado «Le Journal du Dimanche».

Como ejemplo del trato sesgado que, según él, recibe de la prensa, dijo que «AFP» no había recogido una nota del portavoz de la UMP en la que atacaba a la que fuera su rival en las elecciones presidenciales de hace un año, la socialista Ségolène Royal, que ha sido condenada por un tribunal laboral a pagar salarios atrasados a unos colaboradores. «Imagínense si yo hubiera tenido un problema de tipo laboral. La izquierda habría pedido mi dimisión».