Nueva Delhi / Oviedo

Al menos 76 personas murieron ayer y otras 200 resultaron heridas en el estado indio de Bengala Occidental, en el nordeste del país, por el descarrilamiento de trece vagones del tren expreso que une Calcuta (nordeste) con Bombay (oeste) a causa de un atentado atribuido a guerrilleros maoístas. Cinco de los vagones volcaron y fueron arrollados por un tren de mercancías que circulaba en dirección contraria, multiplicando los daños. La guerrilla maoísta, conocida en la India como «naxalita», ha sido declarada la principal amenaza para la seguridad interna de la India.

Una fuente oficial precisó anoche que seguramente la cifra de víctimas mortales acabe siendo mayor, ya que las operaciones de rescate aún continuaban su curso. La fuente añadió que los heridos fueron trasladados a tres hospitales de la zona.

El incidente ocurrió cuando el tren se encontraba entre las estaciones de Jemasoli y Sardiya, a unos 135 kilómetros de Calcuta, la capital bengalí, en una zona de fuerte implantación de la guerrilla. El motivo del descarrilamiento no estaba claro anoche para las autoridades indias, ya que si unas consideraban que se debió a la explosión de una bomba colocada por los rebeldes maoístas, otras apuntaban a un acto de sabotaje porque, según la Policía, faltaba una sección de las vías de unos 30 centímetros.

Mientras que el ministro del Interior, Pien Chidambaram, se inclinaba por la hipótesis del sabotaje, la ministra de Ferrocarriles, Mamata Banerjee, aseguró que el origen de la tragedia fue una explosión provocada por un «ataque calculado» para hacer que el Expreso de Gyaneshwari, que se dirigía a la ciudad de Bombay, descarrilase y chocase contra él un tren de mercancías. El ministro de Finanzas, Pranab Mujerjee, por su parte, contradijo las afirmaciones de Chidambaram y de Banerjee: «No sé cuál es la causa. La última vez que hice una comprobación, no había señales ni de una explosión ni de un acto de sabotaje».

Sin embargo, según la Policía de Bengala Occidental, el Comité Popular contra las Atrocidades Policiales, un grupo respaldado por los rebeldes maoístas, se atribuyó la autoría del supuesto atentado. «Se han encontrado en el lugar dos carteles del (...) Comité Popular contra las Atrocidades Policiales», aseguró a la cadena NDTV el director general de la Policía del estado, Bhupinder Singh.

En uno de los carteles, el Comité afirma que «el programa» fue ejecutado «en protesta por las atrocidades perpetradas por las fuerzas conjuntas» de las policías estatal y central contra la guerrilla, según Singh.

Los equipos de rescate tuvieron que usar sopletes de gas para excarcelar a los muertos y heridos atrapados entre los restos del tren. Algunos pasajeros se quejaron porque la ayuda llegó tres horas y media después de que se produjese el descarrilamiento.

La ministra de Ferrocarriles anunció una indemnización de 500.000 rupias (equivalentes a 8.500 euros) para los familiares de los fallecidos y de 100.000 rupias (1.700 euros) para los heridos, mientras que el primer ministro, Manmohan Singh, adelantó que los familiares de los fallecidos recibirán además 200.000 rupias (3.400 euros), y los heridos, 50.000 rupias (850 euros). El portavoz regional de los Ferrocarriles, Sumitra Majumdar, manifestó que los maoístas «dominan la zona y habían anunciado una semana negra, así que las sospechas apuntan hacia ellos», si bien añadió que sólo la investigación de la Policía podrá determinar lo sucedido.