Madrid, Agencias

El comandante jefe del Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa (CMOPS), teniente general Jaime Domínguez Buj, explicó ayer por la tarde que los cuatro aviones de combate F-18 que salieron el sábado desde Torrejón de Ardoz (Madrid) hasta la base italiana de Decimomannu, en Cerdeña, están ya plenamente operativos e integrados en el dispositivo aliado y tienen autorización para abrir fuego en aplicación de la resolución 1.973 de la ONU.

En una breve comparecencia en el Estado Mayor de la Defensa, después de una reunión presidida por la responsable del departamento, Carme Chacón, el teniente general Buj explicó que los cinco aviones enviados por España -los citados F-18 y un avión cisterna de reabastecimiento en vuelo- están ya transferidos e integrados en la coalición y, por lo tanto, entrarán en acción cuando el general al mando de la operación internacional, William Walt, dé la correspondiente orden.

El alto jefe militar explicó que la fragata «Méndez Núñez», dotada con el sistema de combate AEGIS, un avanzado sistema de guía de misiles, zarpó ayer por la tarde desde Ferrol y se dirige a Rota para «preposicionarse» y llegar a la zona de operaciones en el menor tiempo posible, una vez que se apruebe la misión de embargo de armas que también establece la resolución de la ONU. En cuanto al submarino «Tramontana», está en su base de Cartagena preparado y a la espera de instrucciones, al igual que el avión de vigilancia marítima C-235 que completa la aportación española.

Por su parte, el Gobierno defendió ayer la «plena legitimidad y legalidad» de la decisión de colaborar en la operación internacional para proteger a la población libia, y rechazó cualquier tipo de comparación con la colaboración prestada en 2003 a la invasión de Irak sin el aval de la ONU.

«España no podía permanecer de brazos cruzados» ante la resolución aprobada por la ONU, subrayaron fuentes del Gobierno para explicar que España haya ofrecido aviones y barcos, así como el uso de las bases de Rota y Morón.

Para el Ejecutivo, contar con el aval de la ONU ha sido en todo momento una condición indispensable para la intervención en Libia, explicaron las fuentes. La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, resaltó además que la coalición que está atacando Libia no sólo está formada por países de la OTAN, sino también por algunos «que proceden del mundo árabe».