La compañía naviera Costa Cruceros, propietaria del crucero Costa Concordia, que encalló el pasado viernes ante la isla del Giglio y que ha causado hasta ahora once muertos y una veintena de desaparecidos, se ha constituido hoy como "parte afectada" del siniestro.

Asimismo, Costa Cruceros comunicó que ha suspendido al capitán del crucero, Francesco Schettino, actualmente bajo arresto domiciliario bajo la acusación de homicidio culposo múltiple y abandono de la nave.

El abogado de la naviera italiana, Marco de Luca, confirmó hoy que se ha presentado ante la fiscalía de Grossetto, quien se ocupa de las investigaciones, su posición de parte afectada por las pérdidas "desde el punto de vista patrimonial" tras el naufragio.

De Luca matizó, sin embargo, que estas no se pueden comparar con los daños que han sufrido los pasajeros, ni con el dolor por las víctimas.

La compañía ha manifestado en varias ocasiones que el accidente se produjo debido a "un error humano", cuando el comandante decidió cambiar la ruta para acercarse a la isla del Giglio y fue entonces cuando chocó contra una formación rocosa.

Según la compañía, este cambio de ruta no había sido autorizado ni por la naviera ni por la Capitanía de Puerto, y por ello no se pueden hacer responsables de este comportamiento.

Por el momento, Costa Cruceros ha suspendido al comandante, lo que se considera un primer paso para proceder a su despido.

Asimismo, aunque en un primer momento la naviera anunció que se ocuparía de su defensa, De Luca explicó que tras saber las circunstancias del siniestro no dará asistencia legal al comandante.

En una rueda de prensa el pasado lunes, el presidente y consejero delegado de la compañía naviera Costa Cruceros, Pier Luigi Foschi, calculó los daños en 93 millones de dólares.

El impacto directo de los daños ha sido cuantificado en 93 millones de dólares, pero después habrá que añadir una serie de costes que no se pueden calcular y que están relacionados con los seguros, añadió Foschi.