Moscú, Efe

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, se dio ayer el primer baño de masas de la campaña electoral ante más de 100.000 personas con un encendido llamamiento al patriotismo, a falta de 10 días para las presidenciales.

«No permitiremos que nadie se meta en nuestros asuntos y que nos imponga su voluntad», afirmó Putin durante un mitin en el estadio olímpico Luzhniki.

El candidato oficialista llamó a los rusos «a no mirar al extranjero y a no traicionar a la patria», en alusión a los intentos de injerencia occidental, en particular de Estados Unidos, al que Putin acusa de instigar la ola de protestas opositoras que siguieron a las legislativas de diciembre.