Washington, Agencias

El presidente de EE UU, Barack Obama, hizo honor a su sentido del humor el sábado por la noche, en la cena anual de corresponsales, riéndose de sí mismo, a costa de su propio envejecimiento desde que llegó a la Casa Blanca, y bromeando sobre su rival presidencial, el republicano Mitt Romney.

Antes del discurso en clave cómica, Obama se retiró brevemente del escenario y, entre bambalinas, se le escuchó musitar cuánto ha encanecido en sus tres años de presidente y preguntarse qué diría frente a los invitados si no funcionaba la pantalla con el texto. «Necesito un cigarrillo», dijo Obama, quien repetidas veces ha asegurado que ya no fuma.

De regreso al escenario, el presidente anunció un «aniversario histórico»: «Este mismo fin de semana, hace un año, hicimos justicia con uno de los individuos más tristemente célebres del mundo», dijo. Todo el mundo pensó que se trataba de Osama Bin Laden, pero en las pantallas de vídeo instaladas en la sala apareció el magnate Donald Trump. En la cena del año pasado el presidente bromeó duro sobre Trump y sus reiterados cuestionamientos acerca del lugar de nacimiento de Obama.

Entonces le tocó el turno a Romney. «No voy a atacar a ninguno de los candidatos republicanos», dijo. «Por ejemplo, Mitt Romney. Él y yo tenemos mucho en común: ambos somos superados en los sondeos por nuestras esposas». También hubo para el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, quien ha decidido abandonar la carrera presidencial: «No te precipites, hay tiempo», le dijo.

El presidente saludó la presencia de legisladores republicanos y, refiriéndose a su sistemático obstruccionismo, comentó: «Al fin pudieron tomarse un descanso en su esfuerzo por no aprobar leyes». Después siguió con su propia historia: «Mis rivales de la derecha expresan sus temores acerca de mi agenda secreta si gano un segundo mandato», dijo. «Y tienen razón, hay una agenda secreta: voy a promulgar nuevamente la reforma sanitaria».

Tras casi veinte minutos de bromas, Obama aseguró tener otras muchas en el guion, pero precisó que tenía que «consultarlas con el Servicio Secreto antes de que les caiga el nuevo toque de queda», en alusión a las nuevas normas para los agentes tras su reciente escándalo con prostitutas en Colombia.