El partido que gobierna en Hungría, el nacionalista Fidesz, inició ayer la tramitación de un proyecto de ley para desplegar el Ejército en la frontera meridional del país con el objetivo de frenar la ola de refugiados sirios que están entrando en territorio magiar por la "ruta de los Balcanes".

Mientras, el Ejecutivo de Viktor Orbán anunció que desplegará otros 2.000 policías en la linde a partir del 15 de septiembre, en respuesta a la entrada récord de refugiados registrada el martes: 2.533 personas en un día.

La Policía empleó ayer gases lacrimógenos en el centro de acogida de refugiados de Röszke, cerca de la frontera con Serbia, para dispersar a varios centenares de personas que protestaban por la lentitud de los trámites, según la agencia de noticias MTI.

Otras fuentes, sin embargo, dijeron que algunos refugiados se negaron a que las autoridades registraran sus huellas dactilares, lo que les impediría solicitar asilo en otro país europeo. La inmensa mayoría de los que llegan a Hungría solo usan el país como palanca para pasar a estados más ricos, como Alemania y Suecia.

Hungría es el primer país de la "ruta de los Balcanes" que pertenece a la UE y la zona Schengen, donde los refugiados ya pueden circular libremente por 26 estados europeos. Para llegar a Hungría, los refugiados sirios, la gran mayoría procedentes de Turquía, siguen una ruta que les lleva, por mar, hasta Grecia, de donde pasan a Macedonia y a Serbia.

Unos 10.000 inmigrantes han llegado a Serbia desde Macedonia en los últimos días y se dirigen hacia Hungría, donde el Gobierno de Orbán, ya de por sí beligerante con la inmigración ilegal, quiere cerrarles el paso.

El Ejecutivo se ha dado hasta noviembre para levantar una segunda alambrada de cuatro metros de altura, además de la que está finalizando ahora, de metro y medio y provista de cuchillas, y el partido Fidesz ya trabaja en la aprobación de una ley para autorizar el despliegue del Ejército.

"Hungría no tiene que defender sólo sus fronteras, sino también las de la UE, pero los pasados meses demuestran que Bruselas es incapaz de tratar la situación actual", declaró el diputado de Fidesz Szilárd Németh.

Entre tanto, en Alemania, la canciller Merkel fue abucheada por medio centenar de vecinos de Heidenau (Sajonia, este), durante una visita simbólica a un centro de refugiados, escenario el pasado fin de semana de violentas protestas neonazis en las que participaron habitantes de la población. Merkel exigió "tolerancia cero" contra los xenófobos, pero los vecinos de Heidenau le gritaron: "¡Preocúpate primero de tu propia gente!" y se escucharon insultos como "traidora".

Además, las autoridades germanas confirmaron que el incendio declarado en un hogar de refugiados todavía vacío en Nauen, cerca de Berlín, fue provocado. Otro incendio se registró en un pabellón deportivo de la capital que también debía convertirse en hogar de refugiados.

El diario italiano "La Repubblica" informó ayer del hallazgo de 50 cadáveres en un barco con 400 inmigrantes rescatado por un buque sueco en aguas próximas a Libia.