Dawn Sturgess, la mujer de 44 años intoxicada con la sustancia "Novichok" en la localidad británica de Amesbury, falleció ayer en el hospital como consecuencia de su exposición al arma química de producción soviética. Las autoridades policiales informaron también que su compañero, Charlie Rowley, continúa hospitalizado en estado crítico. Ambos fueron ingresados el pasado 30 de junio tras ser encontrados con graves síntomas de intoxicación por el mismo agente nervioso utilizado en el intento de asesinato del exespía ruso Sergei Skripal, el pasado mes de marzo.

La policía británica, que investiga ya este caso como un asesinato, no descarta la aparición de nuevos casos de envenenamiento por esta sustancia, tal y como aseguró ayer el responsable de la policía antiterrorista, Neil Basu. No obstante, según las autoridades sanitarias, el riesgo para la población general sigue siendo "bajo".

Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, declaró ayer que es "absurdo" acusar a Rusia por la muerte de Sturgless. "Lamentamos profundamente la muerte de la ciudadana británica", afirmó Peskov, recordando que Moscú ofreció desde el principio a Londres su ayuda en una "auténtica investigación conjunta" a la que el Reino Unido, según el Kremlin, nunca ha querido dar curso.