El Gobierno británico, incapaz de alterar la postura de la Comisión Europea en las negociaciones sobre el "Brexit", ha lanzado una ofensiva diplomática en Europa para intentar que las principales capitales continentales intercedan en las conversaciones e insten a los negociadores comunitarios a ablandar sus posiciones y evitar un divorcio caótico.

En el marco de esta nueva estrategia, el ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Jeremy Hunt, visitó el martes París y ayer Viena, donde advirtió que existe "un riesgo real" de que se produzca un "Brexit" sin acuerdo; algo que, según el titular de Exteriores británico, sería un grave "error geoestratégico" y una "tragedia".

Para Hunt, la actual posición de la Unión Europea (UE), que ha descartado buena parte de las propuestas británicas, podría causar "el colapso de las relaciones y de la confianza entre el Reino Unido y los Veintisiete", por lo que emplazó a Alemania y Francia a "enviar una señal clara a la Comisión Europea" que haga que este órgano entienda la necesidad de lograr "un resultado pragmático y sensato" para proteger empleos a ambos lados del Canal de la Mancha.

"La City encontrará maneras de florecer, al margen del resultado de las negociaciones del 'Brexit'", advirtió el jefe de la diplomacia británica, incidiendo en que el impacto de una salida sin acuerdo sería "profundo" para las compañías continentales.

A esta ofensiva diplomática se sumará la primera ministra británica, Theresa May, que mañana visitará al presidente francés, Emmanuel Macron, en su retiro veraniego en el Mediterráneo. En la residencia del presidente galo en Bregançon, la "premier" británica tratará de convencerle de la idoneidad de su plan para el "Brexit", que consiste en mantener unas estrechas relaciones comerciales con la UE tras la salida del Reino Unido. Un plan que a principios del mes pasado provocó la dimisión de los ministros euroescépticos David Davis y Boris Johnson, y que ya ha sido rechazado en parte por el jefe negociador europeo para el "Brexit", Michel Barnier.

Como reacción a lo que empieza a considerarse una estrategia de "divide y vencerás" por parte de Londres, la ministra de Exteriores austríaca, Karin Kneissl, alertó ayer tras reunirse con Hunt de estos intentos de dividir a los socios europeos, entre los que aseguró que hay "un alto grado de cohesión".

Barnier, por su parte, ya había declarado la semana pasada que no hay "la más mínima diferencia" entre él y los 27 líderes de la UE, cuyos intereses representa y defiende en las negociaciones sobre el "Brexit".