Pakistán liberó ayer al piloto indio capturado en su territorio tras un combate aéreo el miércoles y lo entregó a la India a través de uno de los puestos fronterizos entre los dos países, en un "gesto de paz" destinado a rebajar la tensión entre las dos potencias nucleares.

La India celebró la noticia, aunque considerándola como "un gesto en consonancia con la Convención de Ginebra", al tiempo que su Ejército aseguró estar "preparado" para responder a cualquier provocación.

Los dos países se encuentran envueltos en una escalada militar sin precedentes en los últimos años, después de que la India asegurara haber bombardeado el martes un campamento en suelo paquistaní del grupo terrorista Jaish-e-Mohammed, que reivindicó el atentado en la Cachemira india en el que murieron 42 policías. En represalia, Pakistán anunció el miércoles el derribo de dos cazas indios y la captura del piloto, además del bombardeo de territorio indio, pasando la línea de control de Cachemira, sin causar bajas ni daños.