El jurista ultraconservador Kais Saied habría ganado este domingo con holgura la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Túnez, las segundas en democracia desde la caída de la dictadura de Zinedin el Abedin Ben Alí.

Según un sondeo a pie de urna difundido por la emisora MosaïqueFM, el independiente habría obtenido un 72,53 por ciento, casi 50 puntos sobre su rival, el magnate populista de la televisión Nabil Karoui, que habría concitado un 27,47 por ciento.

Una victoria que, a falta de los resultados definitivos, no tendría si quiera paliativos ya que la jornada electoral registro un aumento considerable de la participación, que de acuerdo con la Instancia Superior Independiente Electoral (ISIE) habría superado el 60 por ciento, cerca de 16 puntos más que la primera vuelta, celebrada el pasado 15 de septiembre.

En un mensaje difundido a través de las redes sociales poco después de conocerse los primeros sondeos, el jurista agradeció el apoyo con las siguientes palabras: "Gracias a aquellos que nos apoyaron y nos dieron confianza, su confianza no se desperdiciará".

Los pronósticos ya apuntaban al posible triunfo de Said, quien sorprendentemente se impuso en la primera vuelta con un 18,7 por ciento de los sufragios y que en las últimas semanas había recibido el apoyo de varios de los candidatos a los que derrotó, en particular al del partido conservador religioso de tendencia islamista 'Ennahda', Abdel Fatah Mouro, que quedó tercero con un 12 por ciento de apoyos.

También del primer ministro Yousef Chahed, quien el viernes aseguró que votaría este domingo "contra la corrupción", en una clara alusión a Karoui, quien ha pasado toda la campaña electoral en la prisión preventiva acusado de evasión de capitales y blanqueo de dinero.

El multimillonario, propietario de la cadena de televisión Nessma TV -la de mayor audiencia nacional-, salió de la cárcel este mismo miércoles, apenas 24 horas después de que amenazara con impugnar los comicios por "desigualdad de oportunidades" y a tiempo para participar en un pionero e histórico debate de televisión frente a su rival en el que se volvió a presentar como el salvador de los pobres.

De confirmarse la victoria de Said, la presidencia, la jefatura del Gobierno, el Parlamento y la mayoría de las alcaldías quedarían en manos de la corriente conservadora religiosa ocho años después del triunfo de la revolución que derrocó la dictadura de Zinedin el Abedin Ben Ali -fallecido hace un mes en su exilio de Arabia Saudí- y desató las ahora marchitadas "primaveras árabes".

La derrota dejaría al populista y controvertido Karoui en una difícil tesitura, si acceso a la presidencia, con su partido sin opciones de entrar en el gobierno y con la justicia aún pendiente de su caso y el de su hermano , que se encuentra en paradero desconocido desde que el pasado 23 de agosto se dictara la orden de prisión preventiva contra los dos.