Argentina

Milei lanza su cruzada contra la educación pública, a la que acusa de "lavar cerebros" y "adoctrinar"

El presidente quiere que los argentinos se eduquen, pero bajo los principios que defiende a capa y espada: el anarcocapitalismo o, lo que llama más genéricamente "las ideas de la libertad"

El presidente de Argentina, Javier Milei.

El presidente de Argentina, Javier Milei. / EFE

Albert Gilbert

'Another Brick In The Wall' es una de las canciones más célebres de The Wall, el disco que Pink Floyd editó en 1979. "No necesitamos educación/ No necesitamos control del pensamiento". El diputado argentino Alberto 'Bertie' Benegas Lynch, cuyo padre, llamado de la misma manera, es considerado por el presidente Javier Milei un "prócer" del liberalismo y una fuerza inspiradora, tuvo un intento fallido de apropiarse de la letra escrita por Roger Waters para criticar los rigores de la Inglaterrra de posguerra. Benegas Lynch, quien tal vez desconoce esa canción, había adquirido notoriedad meses atrás por su petición de una ruptura de relaciones diplomáticas con el Vaticano y la propuesta de privatizar el mar y las ballenas. Esta vez, en medio del "plan motosierra" del Gobierno y el conflicto que moviliza a los docentes por cuestiones salariales y laborales, y el recorte presupuestario del área educativa, defendió que los niños no estudien si esa deserción escolar ayuda a la economía de una familia. Con tono agropecuario, Bertie explicó que "muchas veces puede pasar en la estancia (un campo) que no te puedes dar el lujo de mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitas en el taller junto al padre trabajando". El legislador confesó su rechazo a la "obligatoriedad de la educación", consagrada desde 1884, y dijo que esa tarea no debería estar en manos del Estado sino en las de los padres.

"Trabajar aleja a los chicos y las chicas de su derecho a aprender, jugar y crecer felices", reaccionó de inmediato Unicef. "Más que a libertad, me suena a esclavitud", dijo la diputada del Frente de Izquierda, Myriam Bregman. El diputado de centroderecha Maximiliano Ferrario acusó al libertario de "atrasar 140 años" con sus propuestas. Hasta Sandra Petovello, la ministra de Capital Humano que tiene bajo su ala la secretaría de Educación, tuvo que desmarcarse de Benegas Lynch y publicar en Instagram una imagen con la leyenda "hombres trabajando y niños estudiando". Llegado a ese punto, a Milei tampoco le quedó otra opción que calificar de "absolutamente desafortunada" la frase del hijo de uno de sus mentores. "Los liberales no somos manada y cada cual tiene su opinión".

"Lavados de cerebro"

El presidente quiere que los argentinos se eduquen, pero bajo los principios que defiende a capa y espada: el anarcocapitalismo o, lo que llama más genéricamente "las ideas de la libertad". La cultura y las universidades, sostiene el presidente, "lavan el cerebro" de los estudiantes. Las escuelas también son un foco de contaminación y por eso, días atrás, su portavoz, Manuel Adorni, anunció que el Gobierno se propone combatir el "adoctrinamiento" y los "actos teñidos de militancia ideológica" que tienen lugar en las aulas.

El detonante de la iniciativa gubernamental fue un acto escolar conmemorativo de los 42 años de la incursión de las Fuerzas Armadas en las islas Malvinas, reclamadas por este país como propias, y que, un mes más tarde, dio inicio a la guerra con Gran Bretaña. Una docente criticó la exaltación del conflicto por parte de los medios que, de inmediato, se plegaron a la estrategia de la dictadura militar. "Convencieron a la sociedad que ir a la guerra estaba bien y que era necesario". Sus palabras provocaron malestar en un grupo de excombatientes, quienes se retiraron de la ceremonia escolar. A la vez, la maestra recordó a padres y alumnos que la actual ministra de Exteriores, Diana Mondino, había criticado duramente las reclamaciones soberanas de Argentina frente a Londres. El principal sindicato de maestros, CTERA, en conflicto con el Gobierno por cuestiones salariales y laborales, cree que la ultraderecha encontró el "incidente" que buscaba. Ahora, el Ejecutivo quiere modificar los artículos 11 y 126 de la Ley de Educación para disciplinar a los docentes.

El extitular de la cartera educativa, Nicolás Trotta, calificó de "falaz" la discusión que promueve el Gobierno y recordó que el primer "adoctrinador" de menores ha sido el propio presidente, cuando visitó semanas atrás la escuela religiosa en la que se formó. "Cuando ustedes miran todo lo que es lo políticamente correcto, es socialista. Hay mucha gente que es socialista sin saberlo, por eso me paré en el Foro de Davos y les dije a todos que son unos 'zurditos'", dijo a los alumnos. Uno de ellos, quien, a su lado, sostenía la bandera argentina, se desmayó. "Mencionar a los comunistas es tan peligroso que genera problemas siempre", se mofó el presidente. De acuerdo con Guillermina Tiramonti, investigadora del Área de Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), el jefe de Estado ha utilizado "una escuela y al sistema educativo para dar su discurso dogmático".

La respuesta sindical

CTERA expresó su preocupación por "las medidas antidemocráticas" desplegadas por Milei. "Denunciamos la represión, censura y persecución que está llevando a cabo en contra de la docencia". Argentina, recordó el sindicato, ya no tiene un Ministerio de Eduación sino una secretaría que tiene por objetivo "destruir a la escuela pública" y favorecer a los institutos privados. El Gobierno ha lanzado un programa de Asistencia Vouchers (bonos) Educativos destinado a acompañar a las familias que envían a sus hijos a institutos fuera del ámbito estatal. "A todas las medidas de ajuste, desfinanciación, precarización laboral y vulneración de derechos, ahora se suma la amenaza hacia las y los docentes. Creer que cuando un maestro o una maestra enseña está adoctrinando es faltarle el respeto no solo a esos docentes, sino también a las y los estudiantes. Porque la idea de adoctrinamiento supone que quién está aprendiendo es un 'cabeza hueca'".

El lamento de Martha Argerich

La perplejidad de CTERA es compartida a la distancia por Martha Argerich, una de las grandes pianistas del siglo XX. Como muchas figuras de su estirpe, ella es de pocas palabras. Habla todavía a través de sus dedos sobre el marfil. Pero desde Suiza montó en cólera porque el Gobierno de ultraderecha de su país de origen decidió no financiar más las becas de formación que llevan su nombre. "Si el Estado no apoya y contribuye a la cultura, el futuro es realmente peligroso", dijo. Argerich recordó que "cuando era jovencita" recibió el respaldo del Estado argentino para formarse en Europa. "Lamento profundamente que ahora muchos queden sin esa posibilidad". El Gobierno que financió su adiestramiento con Friedrich Gulda en Suiza es la principal aversión de Milei: el primer peronismo.