La única explicación para el regreso de Pablo Pantiga, defensa de la UD Llanera, después de sufrir una de las lesiones más duras que puede tener un deportista, la rotura del ligamento cruzado de una rodilla, con el menisco también tocado, en la segunda jornada de Liga la da él mismo: "Soy muy cabezón, cuando se mete algo en la cabeza tengo que hacerlo". Aun así, el proceso ha sido "durísimo" hasta el final, cuando aparecen las dudas a la hora de volver a competir: "Hubo momentos en los que pensé que no iba a ser posible, pero todo este proceso se culminó el domingo ante la Segoviana y encima salió todo muy bien porque ganamos el partido", dice el central del conjunto entrenado por José Luis Rodríguez.

Pantiga, que cumplirá 41 años en junio, se lesionó el 12 de septiembre jugando ante el Avilés, uno de sus exequipos. "Desde el primer momento lo tuve claro, le pregunté al médico por el tiempo en el que podría volver, hice cálculos, pero lo tenía clarísimo, era una cuestión personal, sé que el fútbol no tiene memoria pero lo quería hacer por mí", explica sobre su voluntad de regresar. Lo más difícil, asegura, ha sido la puesta a punto final: "Estas para entrenarte, pero otra cosa es competir; si soy sincero este domingo no iba convencido, tenía miedo y me metí más presión de la que realmente debía, dudé de mi rodilla y pensé que este año no iba a poder volver", reconoce.

Todo lo que nos falta es a vida o muerte, el domingo en el Pepe Quimarán solo nos vale ganar para llegar con opciones a la última jornada, ojalá que sea dependiendo de nosotros mismos

Pero no fue así y las cosas salieron bien, con una victoria (1-2) ante la Gimnástica Segoviana que les mantiene con vida a falta de dos jornadas: "Todo lo que nos falta es a vida o muerte, el domingo en el Pepe Quimarán solo nos vale ganar para llegar con opciones a la última jornada, ojalá que sea dependiendo de nosotros mismos; tengo que agradecerle al entrenador que después de siete meses y medio me pusiera de titular", dice. Si bien, con la trascendencia que tenía el partido de Segovia, asegura que se llenó "de responsabilidad": "Soy defensa y encima nos metieron un gol en el primer minuto, en ese momento empiezas a pensar, durante un partido da para pensar mucho".

Lo que empezó mal acabó bien, con victoria (1-2). Él, además, pudo aguantar sobre el campo 80 minutos: "Hasta que mis gemelos dijeron hasta aquí hemos llegado, al final no he hecho pretemporada, los entrenamientos a estas alturas no son como los del principio y la puesta a punto es más complicada". El viaje de ida a Segovia fue complicado para el defensa, con muchas cosas en la cabeza, pero el de vuelta se convirtió en una fiesta: "Veníamos casi como si estuviéramos celebrando un ascenso, ahora estamos a un punto del play-off por la permanencia, que es el objetivo que tenemos marcado; esta victoria ha supuesto un cambio de mentalidad para el partido del domingo (12 horas) ante el Coruxo en casa".

"Soy defensa y encima nos metieron un gol en el primer minuto, en ese momento empiezas a pensar, durante un partido da para pensar mucho".

Un día en el que se espera un montón de público empujando al equipo de Llanera: "La entrada va a ser gratuita, espero que haga buen día para que haya mucha gente y a ver si somos capaces de ganar sea como sea; el objetivo es conseguir la salvación y así la temporada sería perfecta para el Llanera. Lo fue subir la temporada pasada y esto sería otro paso de gigante para el club", dice el defensa. Para la afición de Llanera solo tiene buenas palabras: "Son conocedores del mérito del equipo, de que somos el último o el penúltimo presupuesto de la categoría, de que es una población pequeña y por eso no han tenido ni una mala palabra para nosotros en toda la temporada".

También para el club que, considera, está demostrando con resultados el trabajo que viene realizando los últimos años: "Los resultados están ahí, son poca gente la que lleva el club pero son sabedores de lo que tienen que hacer. El trabajo se mide por los resultados y, normalmente, si haces las cosas bien los resultados acaban llegando o al menos hay más probabilidades". Una trayectoria que ha convertido al Llanera "en un equipo importante en Asturias": "Primero fue el ascenso a Tercera, después mantenerse, luego subir a Segunda RFEF, pasar una eliminatoria de la Copa del Rey, hay muchos que después de muchos años no consiguen esos objetivos", dice.

"Ya sufrimos el año pasado en el play-off de ascenso, estamos abocados al sufirmiento, pero bendito sufrimiento".

Pantiga tenía decidido hace tiempo que esta sería su última temporada y así va a ser. "Mi objetivo era llegar y participar con el equipo esta temporada, pero ha llegado la hora de dejar paso a la juventud, voy a cumplir 41 años, hasta aquí ha estado bien", explica. Eso sí, tratará de seguir vinculado al fútbol, que es toda su vida: "Llevo desde los 6 años jugando, he entrenado, organizado competiciones, el fútbol es mi vida".

Además de jugar al fútbol, Pantiga es "un sufrido autónomo" que regenta una tienda de deportes, tiene una empresa de transportes y organiza una liga de Fútbol 7. "No me aburro", dice. Antes de centrarse en esas actividades quiere cerrar de la mejor manera posible una trayectoria larga y fecunda, durante la que ha jugado en el Langreo, Marino, Avilés, Lealtad, Caudal y, ahora, en las tres últimas campañas, en el Llanera. Y ese broche de oro no es otro que dejar al equipo del Pepe Quimarán en Segunda RFEF: "Sería un final perfecto, he cumplido mi primer objetivo, que era llegar a jugar, y ahora quiero que nos metamos en el play-off por la permanencia". Les toca sufrir, pero están acostumbrados: "Ya sufrimos el año pasado en el play-off de ascenso, estamos abocados al sufirmiento, pero bendito sufrimiento".