La decisión está tomada. El Gobierno de Llanera, liderado por el socialista Gerardo Sanz, congelará, por octavo año consecutivo, los impuestos municipales correspondientes el ejercicio de 2023. El objetivo es que la fiscalidad se convierta en un elemento clave para la dinamización del tejido empresarial del concejo y para la creación de empleo y riqueza. Según indican fuentes municipales, al igual que ya sucedió en la propuesta para este 2022, el proyecto de ordenanzas fiscales para el año que viene pivotará sobre tres ejes fundamentales: el fomento del empleo y el crecimiento empresarial, la sostenibilidad y la contención de la presión fiscal que soportan los vecinos y las empresas a través de la congelación de impuestos.

"En los últimos años hemos mantenido una baja presión fiscal, tratando de convertir al concejo en un entorno favorable y atractivo para el ciudadano y para las empresas, donde se genere empleo y riqueza, y donde se encuentre calidad de vida", subraya el regidor.

Es más, según indica Sanz, "Llanera está de moda y eso no es por casualidad". "Somos un concejo atractivo para vivir y para trabajar porque se están haciendo bien las cosas, así que vamos a seguir apostando por mantener este ecosistema en el que cada vez hay más empresas dispuestas a asentarse y más vecinos que quieren fijar su residencia aquí, atraídos por la calidad de los servicios, la baja presión fiscal y nuestra situación estratégica", sostiene el regidor.

El Gobierno municipal ya introdujo bonificaciones en las ordenanzas vigentes en este ejercicio. En el caso del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y del Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) llegan hasta el 95% para las empresas que deciden instalarse en el municipio y para aquellas que, ya con sede en Llanera, generan nuevos empleos. En este sentido, también se han incrementado del 20 al 40 por ciento las bonificaciones por la instalación de sistemas para el aprovechamiento térmico o eléctrico de energía solar.

"Si queremos que las empresas apuesten por Llanera hay que poner todas las herramientas a nuestro alcance y la evolución de este 2022 nos ha dado la razón", afirma Sanz, para quien "se están cumpliendo los objetivos que nos marcamos cuando diseñamos el proyecto fiscal para el ejercicio, ya que con el paquete de medidas puesto en marcha se ha impulsado la creación de empleo, hemos superado la barrera de los 14.000 habitantes y se ha incentivado la instalación de nuevas empresas".

De cara a 2023, los vecinos tan solo tendrán que hacer frente a una modificación en el pago del suministro de agua potable a domicilio, alcantarillado y vertidos directos de aguas residuales. La factura se actualiza de acuerdo con el Índice de Precios al Consumo (IPC), tal y como, por otra parte, figura en el contrato suscrito con la empresa adjudicataria. El resto de servicios no sufrirán incremento alguno, avanzan los portavoces del Gobierno municipal.

Deuda

"Cuando llegamos al Ayuntamiento en 2015 había casi 5 millones de euros de deuda y se fue reduciendo hasta dejarla a cero. Además, en estos últimos ocho años el IPC ha subido casi un 18% y aún así hemos seguido manteniendo los impuestos congelados, porque entendíamos que era importante mantener esa baja presión fiscal sobre nuestros vecinos. Hay que tener en cuenta que han subido los costes de los servicios, los precios de los materiales a la hora de ejecutar una obra, la electricidad o los carburantes y, sin embargo, el Ayuntamiento ha hecho importantes esfuerzos para que esas subidas no repercutieran en el bolsillo del ciudadano", afirma Sanz. Según el regidor, "esos esfuerzos tendremos que hacerlos a la hora de elaborar el presupuesto municipal para tratar de mantener el ritmo de desarrollo económico".

"Habrá que actuar con responsabilidad para seguir impulsando el crecimiento del municipio y que los servicios no se vean afectados, pero no cabe duda de que las Cuentas se verán condicionadas de alguna manera", sentenció el regidor llanerense.

Las ordenanzas fiscales para 2023 irán al Pleno del próximo mes de noviembre.