Oviedo,

María José IGLESIAS

Santiago Menéndez de Luarca, subsecretario del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, inicia su segunda legislatura al lado de la ministra Elena Espinosa con ilusión y optimismo ante la nueva etapa de un Ministerio que aúna las competencias agrarias y medioambientales. Menéndez de Luarca, que fue consejero de Medio Rural en Asturias, aconseja a los ganaderos y a las industrias que no pierdan el tiempo y se preparen para competir en un mercado liberalizado.

-El mundo agrario vive momentos de cambios profundos en Asturias. ¿Qué le parece la propuesta de Cajastur para comprar acciones de Capsa y mantener la asturianía de la compañía?

-Ante todo, mantengo el máximo respeto tanto por Capsa como por Cajastur. Al final, los que van a tener que tomar la decisión de vender o no vender son los accionistas de CentralLechera. En su mano está la decisión. A mí la postura de Cajastur, ofreciéndose a comprar las acciones y participar en la gestión de la empresa, me parece francamente positiva. Estamos hablando de una entidad financiera de referencia, con disponibilidad de capital.

-¿Mejor Cajastur gestionando que un grupo alimentario ajeno a Asturias?

-Cajastur ya está en la empresa como accionista. Como asturiano no cabe duda de que me gusta que la compañía siga siendo netamente asturiana. En cualquier caso, Capsa tiene que ser una empresa competitiva. Los nuevos retos del mercado lo exigen así. Ni los ganaderos ni las industrias pueden ahora perder el tiempo. Las cosas avanzan muy deprisa.

-Inicia una nueva etapa en el Gobierno de España, con muchas novedades en el Ministerio. ¿Es complicado asumir las nuevas competencias de Medio Ambiente?

-Un buen trabajo viene condicionado por hacerlo en equipo. Detrás de toda toma de decisiones, o más bien delante, siempre hay una persona con su cara y con sus ocupaciones y preocupaciones. Así hay que entender lo que es el servicio público. Otra de las claves es la experiencia y, en mi caso, creo que está conseguida, y no sólo por haber ido, para mi desgracia, acumulando trienios en la Administración.

-Usted fue muy crítico en su día con la fusión de las consejerías de Medio Ambiente y Medio Rural en Asturias. ¿Sigue pensando lo mismo?

-En el prólogo de la segunda edición del «Manual para Agentes de Desarrollo Rural», de nuestro paisano Jaime Izquierdo, editado por el entonces Ministerio de Agricultura, en 2005, yo ya escribía que, aunque haya estado toda la vida implicado en estos asuntos, nunca he entendido que pueda haber un medio rural y un medio ambiente. Entre los dos medios debemos hacer uno.

-¿Qué ventajas e inconvenientes tiene el nuevo diseño del Ministerio?

-Los inconvenientes, si es que hubiera alguno, pudieran venir dados por el tamaño y acumulación de responsabilidades, o por la pérdida de nombres clásicos como «agricultura». Esto, en mi opinión, es una cuestión más bien de tipo semántico o romántico. Para que exista una buena conservación del medio rural debe haber un desarrollo. Son las premisas contempladas en la ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, que ahora comienza a caminar y que tiene un largo camino. No se puede, salvo en casos excepcionales, pensar en conservar un paisaje, unos espacios o unas especies si no se tiene en cuenta a los humanos que crean paisaje sobre paisaje. Sería imposible mantener nuestros prados en nuestro paraíso natural sin ganado. Para que haya ganado tiene que haber ganaderos.

-Parece obvio, pero también difícil, cuando mucha gente lo que quiere es abandonar el campo.

-Lo que pasa es que la agricultura y la ganadería son condiciones necesarias para mantener el medio rural, pero no son suficientes para mantener un medio rural vivo.

-¿Estamos hablando de un nuevo modo de enfocar la realidad del medio rural?

-Es que el medio ambiente es algo que afecta a todas las actividades, no sólo a las que se desarrollan en el medio rural. Lo que llamamos medio natural es una parte del medio ambiente, que se confunde, en cuanto a espacio, con el propio medio rural. Por tanto, ni puede, ni debe, haber una contradicción entre lo que significa el medio ambiente y el medio rural. Si seguimos profundizando en el tema, el Centro de Estudios de la Real Academia Española entiende que en la denominación Medio Ambiente la palabra «medio» no tiene valor por sí misma, en la medida en que forma parte de una expresión que constituye una unidad y que debería escribirse ya en una sola palabra: medioambiente.