Oviedo, María José IGLESIAS

Buenas ventas, pero sólo de pescados más típicamente navideños. Ésta es la tónica general de las lonjas asturianas, que ven cómo el tirón de la demanda de todas las Navidades se limita este año al rape o al besugo. Los pescados menos lujosos, entre los que se encuentra ya hasta la merluza, apenas cuentan con demanda y mantienen precios bajos. Las ventas caen hasta un 40 por ciento con respecto a otros años, resaltaron en la cofradía avilesina. Entre los pescados sin tirón se encuentran la merluza, el salmón o los calamares, mientras que cobran realce los besugos y lubinas de pincho, las ostras que se crían en la ría del Eo, el rubiel y el rape.

La campaña navideña es cada año una tabla de salvación para el sector pesquero asturiano y tampoco será una excepción en estas fechas, aunque en mucha menor medida que años anteriores. Lo confirma Juan Álvarez Viña, responsable de compras de la rula de Luarca. «La gente se rasca el bolsillo y sigue consumiendo pescado de calidad». Asegura que, como es habitual en la campaña navideña, estos días han subido la lubina, el rubiel y especialmente el besugo, que ha triplicado su precio respecto al mes pasado y ayer se ruló a 58 euros en las lonjas del Occidente. El rubiel se cotiza a una media de 25 euros, mientras que el lenguado supera ampliamente los 30 y la lubina oscila entre los 20 y los 32, según el tamaño y la procedencia. El rape es otro de los frutos del mar que se «disparan» por Navidad. El kilo de pixín salió ayer de la lonja a unos 15 euros por kilo. Saturnino Álvarez, armador del «Rosa de los Mares», en Puerto de Vega, refrenda que la campaña de invierno marcha a buen ritmo. «Los percebes rondan los 200 euros y se venden muy bien». La merluza, en cambio, se rulaba el pasado martes en Avilés a un precio mínimo de 9,11 euros.

En Cudillero, el patrón mayor de la cofradía, Salvador Fernández, señala que la demanda se mantiene, pero el problema es que hay menos pesca en el mar. La prueba es que en estos días toda la mercancía que entra en las lonjas de pescados navideños se rula con rapidez.

Entre los casos «excepcionales» destaca la angula, en plena campaña. La pesca alcanza este año niveles inferiores a los del año pasado. Los anguleros de San Juan de la Arena reconocen que no hay tanto movimiento como en otras Navidades, «pero esperamos que hoy y mañana la gente se anime a comprar, tendemos a dejarlo para el último día», señala Delfín García, uno de los principales suministradores de angulas frescas de Asturias. El kilo está a 600 euros. García asegura que no sólo suben con motivo de las fiestas. «La razón principal es la escasez».

En la ría del Eo el negocio se centra en las ostras. Eduardo Martín y Nuria Núñez regentan la empresa de cría de ostras que estas Navidades ha puesto a la venta 20.000 unidades por internet. Los pedidos van más lentos de lo esperado. «Pero al mismo ritmo del año pasado, no hemos bajado las ventas, lo que ocurre es que hemos sido más ambiciosos», señala Martín. Se enfrentan a un doble reto: uno es la poca tradición de consumo de ostras que existe en Asturias. El otro, la competencia de especies como las andaricas o los percebes, que, aunque más caros, tienen a su favor una vinculación de décadas a los hábitos gastronómicos de los asturianos. Eduardo Martín señala que las ostras son muy sencillas de consumir, frescas o gratinadas. «A veces es cuestión de información, la gente no valora lo que no conoce», indica. La empresa vende parte de su producción en Francia y desde hace meses en Hong Kong, donde las ostras son un auténtico plato nacional.

Los consumidores cuyo presupuesto no alcance para estas joyas navideñas pueden optar por especies menos convencionales, pero más baratas. Una de ellas es el chicharro. La merluza, barata y abundante, es otro de los pescados «socorridos» con presupuesto ajustado.

Las ostras llevan varios años luchando por hacerse un hueco en el mercado asturiano. Les cuesta y eso que su precio -alrededor de un euro por unidad- es más bajo que el de otras especies marinas incluidas en el apartado de «delicatessen», como el percebe o los oricios. Una caja de ostras frescas aguanta en el frigorífico una semana. En la imagen, cajas de ostras en el criadero de Castropol, en la ría del Eo.

El besugo -en la imagen-, el virrey y lubina son una especie de «triunvirato» que siempre vuelve a casa en Navidad. Una de las peculiaridades de estos pescados es que se capturan con anzuelo -el pincho-, uno de los instrumentos más antiguos usados para la pesca. Los que conocen bien el negocio saben que, a pesar de las subidas de precios, las ventas siempre suben en Navidad.

Los anguleros que faenan en la ría del Nalón constatan la escasez de capturas, por debajo de las que se registraban el año pasado por estas fechas. La pesca en la ría del Nalón está autorizada quince días al mes, hasta febrero, en virtud del plan de explotación puesto en marcha para fomentar la recuperación de los recursos. En la imagen, angulas recién capturadas en la desembocadura del Nalón.