No tiene nombre, no vive en una casa, no necesita el cariño de l ser humano... Pero el mastín del ganadero Jaime Alonso es igualmente un héroe. Sobre todo para su familia, que es un rebaño formado por 40 ovejas. Alonso ya ha perdido la cuenta de la cantidad de veces que les ha salvado el pellejo. Enseña los colmillos cada vez que ve acercarse un lobo. Y eso que según su dueño los ataques se repiten semana sí y semana también. "Si no fuese por él, todas las ovejas acababan muertas", dice Alonso. El perro empezó con tan sólo cuatro meses a cuidar del ganado y desde entonces no se ha vuelto a separar de él.