La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Ahora somos más conformistas que nuestros padres"

"Siempre dije que quería abrir mi propio restaurante antes de cumplir 25 años. Tardé un poco: lo hice con 26". Borja Alcázar (Sariego, 1985) abrió en 2011 el Abrelatas, hoy uno de los restaurantes más pujantes de Pola de Siero. Formado en la Escuela de Hostelería de Oviedo, Alcázar comenzó a trabajar en el restaurante La Tabla, en plena carretera Pola-Gijón, con 18 años. Viesques y Oviedo fueron las siguientes etapas de su trayectoria profesional hasta que, en plena crisis, se decidió a abrir su propio restaurante.

"Tener un negocio te marca. Abrir el restaurante marcó un antes y un después en mi vida, me obligó a madurar", reflexiona el cocinero. En su caso, además, tuvo que afrontar retos con los que no contaba: "Me encanta innovar, experimentar en la cocina, y pensaba que tendría esa libertad con mi propio restaurante. Pero no pensaba todo lo que traía consigo, sobre todo la contabilidad. Porque soy un desastre con los números", afirma entre risas.

Alcázar, en todo caso, no tiene una conciencia generacional. "No sé si la gente ha cambiado tanto. Lo que si pienso es que ahora somos más conformistas que lo que eran nuestros padres. En todo caso, yo soy peculiar en ese sentido, porque siempre estoy mirando al pasado. Incluso en la cocina trato de integrar alimentos y platos tradicionales con un enfoque moderno. Intento reproducir la cocina que hacía mi abuela", afirma. El pasado, en todo caso, es para Alcázar el destino. Porque su reto es abrir un segundo restaurante que profundice en el vínculo, precisamente, entre la cocina tradicional y la moderna.

Compartir el artículo

stats