El embrollo asturiano: crónica de cómo se gestó y se aplicó el sistema para limitar por concejos la expansión del coronavirus

Esto es lo que debió de pensar la alcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú, el pasado sábado por la mañana, cuando la llamó por teléfono el consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz.

-Los contagios están muy altos. Según el nuevo sistema, el martes que viene tenemos que cerrar vuestro concejo -vino a decirle, poco más o menos.

Dos días después llegó la contraorden y Langreo continuó abierto.

El Gobierno de Asturias ha creado el nivel 4+ (o 4 plus, o cuatro plus, a gusto del escribiente), que designa el nivel de riesgo máximo y determina el cierre de municipios y el establecimiento de restricciones a la actividad social, hostelera y comercial en los mismos cuando las cifras de la pandemia de covid-19 se disparan. 

Ilustración de Pablo García.

El alumbramiento de este mecanismo ha sido accidentado y confuso, con cortocircuitos entre políticos -como el relatado más arriba-, déficits en la comunicación y fallos en el diseño que han ido siendo corregidos día a día, en medio del desconcierto de los ciudadanos y el enfado de hosteleros y comerciantes. 

-Dimos por hecho algo que a lo mejor había que comunicar mejor -ha reconocido el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, en una reunión con periodistas para explicar esta nueva herramienta, con la que el Ejecutivo ha querido dotarse de un mecanismo basado en la estadística y lo más incontrovertido posible para adoptar medidas complejas, siempre conflictivas, que limitan los movimientos y cercenan la rentabilidad de los negocios. 

El Gobierno de Asturias sostiene que resultaba muy urgente ponerlo en marcha, dado el rápido incremento de la curva pandémica. Quizá esa premura explica muchas cosas. He aquí la crónica de un parto sin epidural que ha durado una semana y que ha dado lugar a una criatura casi algorítmica que el Ejecutivo regional considera muy útil para la gestión futura de la pandemia de covid-19 pero que en su andadura inicial ha generado desorientación y perplejidad.

Jueves 14

Primeras contracciones del embarazo. Ese día habían entrado en vigor en Asturias dos medidas interrelacionadas para atajar la propagación del coronavirus. Por una parte, el adelanto del toque de queda a lo más temprano que autoriza la norma estatal: las 22.00 horas. Por otro, el cierre de los establecimientos hosteleros y comerciales a las 20.00 horas. Fue en la tarde del jueves cuando en los despachos de la Dirección General de Salud Pública -en el edificio Calatrava- se llegó a la conclusión de que hacían falta medidas más tajantes para contener la pandemia. Horas antes se habían conocido las cifras del día anterior: 273 casos nuevos. El día anterior habían sido 319. El precedente, 256. Un sube y baja con tendencia ascendente.

Erradicar la arbitrariedad. Según ha relatado Rafael Cofiño, director general de Salud Pública, esa tarde se apostó por un procedimiento de toma de medidas restrictivas basado en datos que pudieran ser conocidos y comprendidos por el conjunto de la ciudadanía. Se trataba de dotar a las autoridades sanitarias de un mecanismo al que nadie pudiera tildar de arbitrario o improvisado.

Comparativa entre olas. ¿Qué había en la mente de los estrategas? En primer lugar, el pasado reciente. En la segunda ola pandémica -la del pasado otoño- se había optado por cerrar la hostelería de forma indiscriminada en toda la región, incluso en concejos sin apenas casos. Ahora se pretendía adoptar medidas precisas como la acción de un cirujano, decisiones individualizadas por municipios. En octubre, el covid estaba distribuido por Asturias de manera bastante homogénea. Por el contrario, en esta tercera ola se apreciaba un ascenso de la incidencia más concentrado en los municipios del área central.

Las medidas y su efectividad. El 23 de octubre el Gobierno de Asturias anunció el cierre perimetral de los tres grandes concejos de la región: Gijón, Oviedo y Avilés, medida que se hizo efectiva al día siguiente. El 3 de noviembre se cerró la hostelería. Desde entonces, pasaron once días hasta el pico de la oleada de otoño: el 14 de noviembre se registró la máxima incidencia de un periodo semanal. ¿Tendremos ahora por delante un par de semanas de subida, para que luego la pandemia empiece a ceder? Las dinámicas del virus, las medidas que se adopten y la conducta de los ciudadanos tienen la respuesta.

Viernes 15

Anuncio inesperado. Se celebra por la mañana la reunión semanal del Consejo de Gobierno. Al final de la misma, Melania Álvarez García, portavoz del Gobierno regional, expone a los medios de comunicación que la evolución de la pandemia es “mala y preocupante” y anuncia la puesta en marcha de un sistema de criterios numéricos y medidas asociadas que se aplicarían no en bloque para toda Asturias, sino por concejos. La portavoz agrega que la Consejería de Salud llevaba días preparando “un paquete de medidas rigurosas, contundentes y proporcionadas con la situación actual” que serían anunciadas al día siguiente, sábado, “como muy tarde”, para aplicarlas a partir de la semana posterior. 

El consejero de Salud, ausente. ¿Por qué una medida considerada estrella y de difícil comprensión no la expuso el titular de Salud, Pablo Fernández, como es habitual en estos casos? Ahí queda la pregunta. El resto de la mañana y toda la tarde fue un hervidero de cábalas y rumores. ¿Qué medidas estaban planeadas? ¿Que había cambiado de manera sustancial para que hubiera tanta prisa solo 24 horas después de la modificación del toque de queda y la hora de cierre de los negocios?

Sábado 16

Explicación insuficiente. Las dudas persistían en las primeras horas del sábado. No se había convocado una de esas clásicas rueda de prensa que en los últimos tiempos son seguidas incluso por el contribuyente medio. Finalmente, poco antes de las 14.00 horas, el consejero hizo unas declaraciones en Avilés (donde reside) a las televisiones, y sus palabras fueron enviadas al resto de los medios de comunicación. La explicación fue breve y, en consecuencia, aclaró muy poco: “Vamos a tomar medidas más restrictivas y de una manera proporcionada. El objetivo fundamental es evitar el colapso de los hospitales y particularmente las camas de UCI”. 

Territorios afectados (con patinazo). El titular de Salud especificó que, según los datos en curso, Avilés, Castrillón, Corvera y Langreo deberían cerrar el martes -por un plazo inicial de dos semanas- sus accesos, el interior de la hostelería y los centros comerciales (salvo los de alimentación y otros bienes esenciales), además de otras medidas, como suspender la actividad física en interiores de gimnasios y limitar las reuniones a un máximo de cuatro personas no convivientes, y en domicilios solo a convivientes. 

Desconcierto político y sanitario. El consejero de Salud había telefoneado a la alcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú, para comunicarle la medida que afectaba a su concejo. Acto seguido, Arbesú llamó al gerente del área sanitaria de Langreo, Bernabé Fernández, quien tuvo que confesarle que no sabía nada. Fernández llamó a sus superiores, que estaban igual que él. La medida estrella se estaba convirtiendo en una maraña indescifrable. 

Un comunicado que aclara poco. A las 18 horas y 18 minutos de la tarde, la Consejería de Salud envió un comunicado de prensa de parecida o mayor complejidad en el que explicaba el nuevo sistema de cierres de territorios. ¿Parámetros fundamentales? La incidencia del virus entre la población general y entre los mayores de 65 años. 

Domingo 17

Día de silencio gubernamental. Muchos asturianos se lanzan a estudiar tablas de datos para conocer si les cierran su concejo, clausuran su negocio o pueden organizar una cena con amigos. Los periodistas también escrutan los números. ¿Y qué concluyen? Citemos LA NUEVA ESPAÑA del pasado lunes: “El nuevo régimen (…) aboca a once municipios de los más grandes de Asturias al cierre perimetral”. 

Tres de cada cuatro asturianos. La lista de afectados por la herramienta estadística “incluye a los seis del grupo de los más habitados -Gijón, Oviedo, Avilés, Siero, Langreo y Mieres- y además a Castrillón, Corvera y Gozón para completar el entorno próximo avilesino, y a uno de cada ala: Llanes y Cangas del Narcea”. En conjunto, las restricciones “acogen a más de 770.000”. Lo que fue concebido como un procedimiento gradual, afectaría ya de entrada a más de las tres cuartas partes de los asturianos.

Lunes 18

Un BOPA muy tardío... y Langreo se libra. Avanza el día sin demasiadas noticias. A media tarde, el Boletín Oficial del Principado (BOPA) publica el decreto del presidente Barbón que establece el cierre perimetral de los concejos de Avilés, Castrillón y Corvera, pero nada dice de Langreo (al que el consejero de Salud sí había aludido el sábado). 

Presencias y ausencias. A continuación, el Gobierno filtra que los siguientes territorios que podrían entrar en zona roja son Oviedo, Llanes, Cangas del Narcea y Gozón. No se menciona a Gijón, Mieres, Siero... A las 22.49 horas por fin llega la resolución de la Consejería de Salud que estipula, entre otros extremos, las restricciones a los negocios. Los comerciantes y hosteleros se enteraron de todos los detalles una hora antes de su entrada en vigor. 

Requisitos de las medidas. La resolución establece que para que se active la alerta 4 Plus en los concejos más poblados basta con que se cumpla uno de los dos criterios de incidencia establecidos -más de 325 casos acumulados por 100.000 habitantes en 14 días o más de 195 en el mismo parámetro en mayores de 65 años durante al menos tres días seguidos-, siempre que el municipio haya tenido una capacidad de rastreo inferior al 75 por ciento de los positivos. A los concejos de tamaño intermedio se les aplicarán las restricciones sólo si rebasan a la vez y durante al menos tres días los tres umbrales citados. 

Cambio de reglas. Hubo quienes acusaron al Gobierno de cambiar sobre la marcha las reglas del juego. ¿Cómo? Añadiendo un requisito, que no había sido mencionado hasta entonces: que el concejo en cuestión haya pasado al menos tres días en el máximo nivel de alerta de los decretados por el Ministerio de Sanidad para el bloque de parámetros de “transmisión” del coronavirus. Este añadido parecía “salvar” a algunos territorios, entre ellos Gijón y Mieres. Fuentes de la Consejería explicaron que si no se mencionó antes fue “porque se daba por sabido”.

Los concejos pequeños, individualizados. Entre tanto, la norma señalaba que las decisiones sobre los municipios pequeños (de menos de 10.000 habitantes) se tomarán de manera “más individualizada”, en función de la situación de cada uno, porque las tasas que se utilizan para medir el impacto de la pandemia “pierden sentido estadístico en áreas inferiores a 10.000 habitantes”, afirmó el matemático Javier Martínez Liébana, profesor universitario de Matemáticas, divulgador científico y artífice del nuevo sistema. 

Gran volumen de información disponible. El nuevo mecanismo ha entrado en vigor acompañado de un gran volumen de datos al alcance de cualquier ciudadano. Pocos gobiernos autonómicos, quizá ninguno, habrán puesto tantas cifras al alcance del pueblo llano.

Martes 19

Enfados y confusión. El modo atropellado de anunciar y aplicar las medidas genera malestar y desconcierto. Una vez más, la hostelería es el sector más irritado. Los responsables sanitarios explican a un amplio grupo de periodistas el nuevo mecanismo de cierres y los motivos de que se adopte: “Si esperamos a tomar medidas a tener todos los indicadores en el nivel máximo de riesgo, sería demasiado tarde”. Y añaden que en los indicadores seleccionados se ha dado protagonismo a la incidencia en 14 días por su capacidad para medir la evolución de la pandemia de modo más estable en el tiempo. La incidencia a 7 días, más sensible al impacto inmediato de la epidemia, sirve para la adopción de resoluciones rápidas, por ejemplo ante brotes localizados o repentinos. Se ha empleado, por ejemplo, para reabrir el comercio y la hostelería al declinar la segunda ola.

Debilidades del sistema. Ese día, NUEVA ESPAÑA detecta y explica a sus lectores el caso de Mieres: si no entra en zona de cierres es por el retraso en la notificación de los datos de los días previos. La Consejería ha diseñado un sofisticado sistema de “monitorización” de la incidencia del virus caracterizado por su inmediatez: tres días seguidos de datos en zona roja implican el cierre. Sin embargo, apenas dispone de datos de dónde han sucedido los contagios de los dos días anteriores. El martes 19 se anuncia que el jueves cierran Oviedo, Cangas del Narcea y Llanes, y el viernes, Gozón.

Miércoles 20

Aplicación a Noreña, concejo pequeño. La Consejería de Salud anuncia el cierre perimetral y la adopción de medidas restrictivas en el concejo de Noreña -5.179 habitantes- haciendo referencia sobre todo a la superación de los parámetros de incidencia acumulada y trazabilidad y asegurando en el decreto, sin más precisiones, que la decisión se ha adoptado “una vez ha sido valorado y estudiado de forma singular su escenario”. Ni matemáticas ni argumentos detallados.

Persisten las deficiencias. Siguen siendo notables los retrasos en la asignación geográfica de contagios, lo que impide calibrar si se cumple el controvertido requisito adicional. El miércoles por la noche estaban sin atribución de concejo 223 de los 273 casos diagnosticados el lunes, y los 366 detectados el martes. 

Jueves 21

¿Alta densidad de Noreña? Entran en vigor el cierre y las restricciones en Oviedo, Llanes y Cangas del Narcea. El director general de Salud Pública especifica en rueda de prensa que en el cierre de Noreña, el concejo menos extenso de Asturias, ha resultado determinante su elevada densidad demográfica, un criterio no contemplado hasta entonces. Teniendo en cuenta que ese día había otros municipios pequeños con los parámetros más disparados, el caso ilustra el grado de discrecionalidad con el que puede ser aplicado el mecanismo en los concejos de menos de 10.000 habitantes.

Fallos corregidos. La pandemia alcanza cifras de récord en toda España. La cifra diaria de contagios en Asturias repunta con fuerza: 434 caso diagnosticados el miércoles. Las autoridades sanitarias difunden su previsión de dos semanas de mucha presión en los hospitales. Salud Pública admite y corrige los retrasos de registro y los efectos son inmediatos: el Gobierno anuncia que los municipios de Gijón y Mieres “han entrado en nivel de riesgo extremo”.

Viernes 22

Barbón justifica las prisas. El parte diario confirma que continúa la escalada de casos: 503 en la víspera. El presidente del Principado, Adrián Barbón, reivindica la pertinencia de las medidas: “A los que decían que el Gobierno de Asturias exageraba y había que esperar a adoptar medidas, me gustaría preguntarles: ¿a qué esperamos? ¿A colapsar los hospitales? ¿A tener mil casos al día?”. 

¿Y ahora? Queda cerrado el concejo de Gozón. A primera hora de la tarde, la Consejería de Salud anuncia que en la medianoche del domingo (hoy) entran en vigor las medidas de máximo riesgo en el municipio de San Martín del Rey Aurelio. Otros concejos están ya en la lista de candidatos a las restricciones. Restan, al menos, un par de semanas duras. El sistema 4 plus, la criatura estadística alumbrada en una semana, tendrá que dar lo mejor de sí mismo.