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REPORTAJE

El Occidente se harta: Asturias tiene rota una de sus alas

los vecinos de una comarca clave para decidir el color del gobierno regional claman contra el abandono, las promesas fallidas y los retrasos de dos décadas en las obras de vías imprescindibles

vista general del argayo que corta la nacional en salas. | | M. LÓPEZ

La paciencia del occidente de Asturias se agota. Lejos de avanzar, las ya de por sí insuficientes conexiones del interior de la comarca retrocedieron una década de golpe esta semana. El cierre total y por tiempo indefinido de la actual N-634 entre Salas y La Espina –por la necesidad de demoler un puente afectado por un gran hundimiento, pese a haber sido construido hace tan solo diez años– devolvió el martes todo el tráfico a las curvas de la antigua carretera nacional. La medida ha sido acogida con estupor político y social, clausura también la circulación en la vía autonómica de Salas a Soto de los Infantes y llega tras un corte previo que se extendió durante tres meses, hasta mediados del pasado mes de julio, a causa de un enorme argayo a la altura de Casazorrina (Salas). En este escenario se acaban de anunciar nuevos retrasos para la conclusión de la Autovía Oviedo-La Espina (A-63), que no será una realidad, como poco, hasta 2023, y sigue pendiente la ansiada reforma del Corredor del Navia (AS-12), para el que el Principado ha presentado un plan de mejora que no acaba de convencer al movimiento social que más ha peleado por la rehabilitación integral de la carretera. Todo ello acontece en una comarca que se siente olvidada, el “patito feo” del Principado, y en la que los vecinos denuncian también serias carencias sanitarias y en materia de telecomunicaciones, acelerantes de una sangría demográfica que coloca a trece de sus concejos en una situación límite en cuanto a despoblación. Todos ellos son del interior, ya que los municipios de la costa, con la Autovía del Cantábrico (A-8) completada desde 2013, resisten mejor. En total, el occidente astur ha perdido una cuarta parte de sus habitantes en las dos últimas décadas, con casos extremos como el de Illano, donde el padrón se ha reducido casi a la mitad en ese periodo de tiempo. Queda por ver la traducción electoral de estos focos de descontento vecinal en una circunscripción en la que un puñado de votos puede decantar el color de un diputado regional de los seis que ponen en liza las urnas. En los últimos comicios, el PSOE aportó cuatro diputados a la Junta por dos del PP. En un escenario muy ajustado izquierda-derecha, lo que vote el Occidente puede ser muy definitorio.

“Así estamos condenados a desaparecer. En esta situación es imposible fijar población o generar empleo”, lamenta el alcalde de Salas, Sergio Hidalgo, que no duda en hablar de “ruina” al valorar las consecuencias económicas de los cortes en la N-634 y de los retrasos en la conclusión de la autovía de La Espina. El regidor sostiene que el nuevo cierre en la carretera nacional podría tener unas consecuencias económicas menos lesivas que las del “argayón” de Casazorrina, pero denuncia que el daño a los empresarios y vecinos de la zona es “evidente” y que no es algo que parezca preocupar demasiado a las administraciones autonómica y central. “Llevamos veinte años así y creo que ya estuvo bien”, subraya el regidor, que reconoce sentirse “desanimado” ante la situación y califica de “héroes” a los empresarios y emprendedores que siguen en la zona pese al handicap de las comunicaciones. “Me solidarizo plenamente con ellos”, afirma.

“Más que abandonados, nos sentimos engañados”, tercia Héctor Díaz, presidente de la Asociación de Profesionales y Empresarios Autónomos del Suroccidente Asturiano (Sepa), que incide en la necesidad de mejorar las conexiones de la comarca y evitar situaciones como las que se viven entre Salas y La Espina. “Es algo estructural, todos los años se registran argayos que cortan carreteras y que demuestran que las conexiones de esta comarca no son las que necesitamos para salir adelante”, advierte Díaz, quien, además, incide en que los planes específicos aprobados para la zona no se han traducido en mejoras palpables. “Se gastó el dinero que llegó en mantenimiento y, al final, no se notó nada”, afirma. Los empresarios de Salas y Tineo también ponen el grito en el cielo ante lo que está sucediendo con la N-634 y con los retrasos en la autovía de Oviedo a La Espina, que sigue en obras cuando han transcurrido ya más de dos décadas desde que se abrió el primer tramo del trazado, en el entorno de la capital del Principado. “Montaron en julio una inauguración por todo lo alto del by-pass para eludir el argayo, como si no llevásemos más de 20 años para que construyan 60 kilómetros de autovía, y estamos otra vez obligados a rodear. Somos cuatro gatos, a los políticos solo les importan los votos y dudo que en ningún otro lugar de España se haya tardado tanto para arreglar algo que es nuestra única vía de acceso”, señala Patricio Pérez, gerente de Agrícolas Patricio y de Desguaces PérezOso. “Vergüenza” y “marginación’’ son palabras que también se escuchan desde hace tres meses entre el empresariado de la zona. Algunas firmas han visto reducida hasta en un 70 por ciento su facturación durante los tres meses de cierre de la carretera por el gran argayo de Salas.

La “nueva” carretera a Salas

para sortear el argayo

Camuño

AS-369

Recorrido

alternativo

SL-4

Cornellana

Zona del

argayo

Salas

N-634

Villazón

Tramo cortado

AS-226

La “nueva” carretera a Salas

para sortear el argayo

Camuño

AS-369

Recorrido

alternativo

SL-4

Cornellana

Zona del

argayo

Salas

N-634

Villazón

Tramo cortado

AS-226

En el Valle del Navia también echan chispas. “La situación es de emergencia social”, alerta Miguel Mojardín, portavoz de la Plataforma Valles del Navia, sobre la situación de los concejos de esa zona de la comarca. “La despoblación es brutal y amenaza con agudizarse en los próximos diez años, arrastrado por un enorme problema de comunicaciones que hace que los vecinos de Grandas de Salime o de Pesoz sigan a hora y media de distancia en coche o en ambulancia del Hospital de Jarrio”, indica el representante de la entidad que ha peleado por la mejora de la AS-12, vía de comunicación que conecta Grandas de Salime, Pesoz, Illano, Boal y Coaña con la Autovía del Cantábrico (A-8), Navia y el hospital comarcal. El Principado acaba de presentar un proyecto de mejora para la carretera, que, según sus cálculos, acortaría en una media hora el tiempo de viaje total, que pasaría de 81,8 a 48,6 minutos a partir de una ampliación general del ancho de la calzada, la eliminación de puntos negros, la rectificación de curvas y la construcción de cinco nuevos grandes viaductos. Esta solución tiene un coste de casi 119 millones y no disgusta a los alcaldes de la zona, que sí reclaman una reducción de los plazos para que todo pueda estar listo en cinco años. Miguel Mojardín no se muestra tan complaciente con el Ejecutivo autonómico. A su juicio, lo que se ha puesto sobre la mesa es un “parcheado, cuando lo que realmente necesita esta carretera es una rehabilitación integral”. Con ser decisiva, la falta de conexiones no es la única carencia que aprecia el presidente de esta plataforma social en los concejos de su incumbencia. “Todo es marginación y olvido. Desde el impulso a Taramundi y los Oscos en tiempos de Pedro de Silva no se ha hecho más que alguna iniciativa particular como la de Pepe el Ferreiro y su museo de Grandas”, asevera Mojardín, que, por ejemplo, lamenta que ni se hayan impulsado proyectos como el de la Gran Senda del Navia o que no se haga un esfuerzo por implantar internet de alta velocidad.

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Inauguración del paso alternativo al argayón de Salas Luisma Murias

Ángel Prieto, presidente de la Asociación San Tirso del Eo, en San Tirso de Abres, coincide en que la situación de la comarca es “complicada”, aunque no la ve o no quiere verla irreversible. A su juicio, concejos como el suyo o los Oscos disponen de un potencial importante en materia medioambiental, turística, agrícola y forestal. “Lo que se necesita es crear las condiciones necesarias y eliminar las barreras administrativas actuales para favorecer el emprendimiento y el desarrollo de una actividad ganadera actualizada y no de subsistencia”, afirma. Para Prieto, “las cosas funcionan bien aquí si eres un emprendedor pobre, que se basta con un local en el bajo de casa, pero en cuanto quieres crecer todo son trabas, lo que, unido a la falta de polígonos industriales, echa a mucha gente para atrás”. Tampoco se explica las razones por las que, por ejemplo, no haya un matadero en los Oscos para favorecer la actividad ganadera de carne. Se trata de medidas de impulso económico, que deben llegar del ámbito político, para que los concejos más afectados por la crisis demográfica puedan escapar de una dinámica en la que a la pérdida de población le sigue un recorte de servicios que, a su vez, provoca que muchos vecinos se marchen o que no lleguen otros, algo en lo que, según Prieto, también incide el hecho de que no se haya extendido internet de alta velocidad. “Es otra de las grandes necesidades que tenemos”, advierte el presidente de la Asociación San Tirso de Abres.

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El enorme argayo que corta la nacional 634 entre Salas y Cornellana Sara Arias / Miki López

La sanidad preocupa y centra buena parte de las reivindicaciones políticas y vecinales de una comarca que también se siente discriminada en este ámbito. “El área sanitaria II, con cabecera en Cangas del Narcea, es la única de Asturias que no dispone de UVI móvil”, señala Mayi Colubi, portavoz de la Plataforma Sanitaria del Suroccidente, colectivo vecinal que surgió en 2019 para, entre otras cuestiones, reclamar ese transporte de emergencias y exigir también que el hospital cangués no pierda especialistas. “La situación no es buena. Y eso que al final se paró un plan para que Cangas y Jarrio compartiesen anestesistas”, expone Colubi. En el Noroccidente, el movimiento “Todos somos Jarrio”, encabezado por Mar Villanueva, ha logrado un extraordinario respaldo social a su reivindicación de más medios y personal sanitario para el hospital naviego.

Otro de los campos en los que la comarca se siente marginada y para el que reclama un mejor trato es el de la promoción turística. “Los propios visitantes nos dicen que es complicado encontrar información sobre esta zona en internet y nos transmiten su extrañeza por que no tengamos, ni de lejos, el mismo reconocimiento que otras partes de Asturias”, apunta Ana Llano, de la Asociación de Turismo Rural de Fuentes del Narcea, quien pide al Principado que “no se centre siempre en los mismos territorios”. A su juicio, el Occidente es el “patito feo” de la promoción turística regional. Además, Llano pone de manifiesto que la mala situación de las comunicaciones tampoco juega a favor de la captación de visitantes ni de su comodidad. “En nuestro caso concreto, el Corredor del Narcea no está nada bien, ya ha habido varios accidentes y los turistas se nos quejan del mal estado que presentan numerosas carreteras de titularidad municipal. Los accesos a los pueblos están de pena”, denuncia Llano.

El Occidente se cansa de las buenas palabras. Exige inversiones, compromisos concretos y plazos. No más proyectos que pueden resultar muy llamativos pero que o no se ejecutan o se retrasan de forma indefinida. “Ideas buenas las tenemos todos, lo que hay que hacer es ejecutarlas”, subraya Miguel Mojardín. Hace un lustro, en 2016, el Gobierno regional presentó un plan específico para la comarca, para el que se anunció una dotación económica de 253 millones para desarrollar 183 proyectos en infraestructuras, sanidad, educación y turismo, entre otros sectores. Más ruido que nueces. Vecinos y responsables políticos reconocen hoy que las expectativas no se cumplieron ni de lejos. Se realizó un diagnóstico del territorio y se notó una cierta “discriminación positiva hacia la zona”, pero poco más. Inversiones concretas, pocas. El Gobierno de Barbón ha constituido recientemente una comisión para el seguimiento de este Plan Especial del Suroccidente que estará presidida por el comisionado para el reto demográfico, Jaime Izquierdo, y contará con representantes de los cincos concejos afectados, que son Allande, Cangas del Narcea, Degaña, Ibias y Tineo. Los objetivos de esta comisión pasan por realizar un seguimiento del plan, analizar la evolución de la población en los municipios implicados, coordinar actuaciones entre diferentes órganos de la Administración y realizar recomendaciones sobre acciones, proyectos y medidas para mejorar la situación demográfica de la zona. La iniciativa ha sido recibida con escepticismo. Lo resume así la alcaldesa de Ibias, la popular Gema Álvarez: “Esperanza, ninguna. Todo es publicidad”.

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