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Radiografía de la Asturias desequilibrada: Oviedo desbanca a Gijón como el municipio que más aporta al PIB de la región

El economista Jesús Arango, exconsejero del Principado, firma este análisis sobre la evolución de la economía regional por concejos, donde se hace patente el desequilibrio territorial que sufre Asturias

Es un hecho bastante conocido que en Asturias la generación del producto interior bruto (PIB) regional, es decir, la producción o el valor añadido bruto, no se distribuye equilibradamente a través del territorio y se concentra fundamentalmente en una pequeña parte del mismo. Así, la zona central –entendida como distrito electoral que incluye a 29 concejos–, con una superficie del 29 por ciento de la región, acaparó en 2018 el 85 por ciento del valor añadido bruto. Sin embargo, esta aglomeración productiva quedaría más de manifiesto si se considera únicamente un área central formada por los trece concejos que conforman Avilés, Gijón, Oviedo y sus zonas de influencia (Carreño, Castrillón, Corvera, Gozón, Illas, Llanera, Noreña, Las Regueras, Ribera de Arriba y Siero): en el 10 por ciento de la superficie regional se generaba en 2018 el 76 por ciento de la producción de Asturias. Si se consideran únicamente los tres concejos con más población (Avilés, Gijón y Oviedo), que ocupan tan solo el 4 por ciento de la superficie regional, el grado de concentración fue del 56 por ciento del PIB generado en Asturias.

Una cuestión relevante es si esta concentración de la actividad económica se ha acrecentado o disminuido a lo largo de estas últimas cuatro décadas en las que se ha recuperado en España un sistema democrático y Asturias ha vivido la experiencia del autogobierno desde 1982. Para responder a esta cuestión se cuenta con la publicación de “La Renta de los municipios asturianos” elaborada por SADEI, que –entre otras variables– aporta la serie bienal entre los años 1978 y 2018 de los valores añadidos brutos generados en los 78 concejos asturianos.

Según se puede apreciar en el gráfico que encabeza estas páginas, la respuesta varía según el nivel de agrupación territorial que se maneje. Si se consideran los tres distritos electorales, las variaciones del peso relativo de cada uno de ellos apenas han cambiado entre 1978 y 2018. La zona central ha aumentado su importancia relativa en un punto porcentual, la zona oriental incrementó su peso en otro punto y los 32 concejos que conforman la zona occidental, que significan casi la mitad de la superficie de Asturias, han perdido dos puntos porcentuales de peso relativo en la generación del valor añadido bruto regional.

Concentrados en el centro

Sin embargo, el grado de concentración productiva ha cambiado significativamente si se considera exclusivamente el área central, pues en ese caso los trece concejos que la conforman, y que ocupan el 10 por ciento del territorio astur, pasaron de representar un 65 por ciento de la producción regional en 1978 a situarse en un 76 por ciento en 2018: en cuarenta años, el área central ha incrementado en 11 puntos porcentuales su aportación al producto interior bruto de Asturias. Por el contrario, los 65 concejos que conforman el resto de Asturias, que se extienden por el 90 por ciento del territorio regional, únicamente aportaban en 2018 algo menos de una cuarta parte de la producción asturiana, cuando en 1978 acaparaban el 35 por ciento del PIB regional. Este notable incremento del peso relativo del área central se debe en parte al comportamiento fuertemente expansivo de algunos de los concejos del área de influencia de Avilés, Gijón y Oviedo.

La variación real

En este sentido, y con el fin de poder determinar las diferentes tasas de variación en términos reales, se procedió a una transformación de las cifras expresadas en euros de cada año de la serie publicada por SADEI con el fin de pasarlos a euros constantes de 2018, lo que se realizó mediante un deflactor que tuvo en cuenta la evolución de la inflación medida a través del índice de precios al consumo (IPC).

En los últimos cuarenta años, los mayores crecimientos de la producción en el área central se han localizado en los concejos de Llanera (621 por ciento), Corvera (531 por ciento) y Carreño (426 por ciento), lo que contrasta con los débiles incrementos experimentados por los municipios de Illas (7 por ciento) y Gozón (4 por ciento). En una posición intermedia se sitúan Siero (143 por ciento) y Ribera de Arriba (116 por ciento). Avilés, con un decrecimiento del 6 por ciento entre 1978 y 2018, es el único de los trece concejos que registra tasas negativas, frente a las exhibidas por Oviedo (82 por ciento) y Gijón (52 por ciento).

Por comarcas, avances y retrocesos

Otra perspectiva para observar el comportamiento territorial de la producción en Asturias sería el ámbito comarcal. Para ello se ha utilizado la división en ocho comarcas utilizada por SADEI, que está basada en las directrices regionales de ordenación del territorio de 1991. La comarca de Oviedo, conformada por 21 concejos, con una extensión que significa el 22 por ciento del territorio asturiano, incrementó su peso relativo en diez puntos porcentuales en el periodo 1978-2018: pasó de aportar un 29 por ciento del PIB regional en 1978 a representar un 39 por ciento en 2018, alcanzando una tasa de crecimiento en dicho periodo del 96 por ciento, la más alta entre las ocho comarcas de Asturias. En segundo lugar se sitúa la comarca de Gijón, que incluye solo tres concejos, con una extensión que representa el 5 por ciento de la superficie regional, que pasó de una aportación del 25 por ciento al PIB regional en 1978 al 28 por ciento cuarenta años más tarde, lo que significa un aumento de tres puntos porcentuales, alcanzando en este periodo un crecimiento del 61 por ciento, el segundo más elevado después del exhibido por la comarca de Oviedo.

Por el contrario, los mayores retrocesos en su peso relativo sobre el PIB regional se localizaron en los territorios en los que la minería del carbón era un componente significativo en su valor añadido bruto, como son los casos de las comarcas del Narcea (del 4 al 2 por ciento), Caudal (del 8 al 4 por ciento) y Nalón (del 10 al 5 por ciento). La otra comarca que observó una pérdida en su aportación a la producción regional fue la de Avilés, compuesta por diez concejos, que suman el 5 por ciento de la superficie de Asturias, que pasó de representar un 17 por ciento del valor añadido bruto generado en Asturias en 1978 a un 13 por ciento en 2018, experimentando una tasa de crecimiento en ese periodo del 17 por ciento. En los territorios mineros, la comarca del Narcea sufrió un retroceso en su valor añadido bruto del 11 por ciento, alcanzando los descensos en las comarcas del Caudal y del Nalón tasas negativas del 29 por ciento.

La comarca del Eo-Navia, formada por diecisiete concejos que suponen el 15 por ciento de la superficie asturiana, y la comarca del Oriente, conformada por catorce concejos que representan el 18 por ciento del territorio astur, han mantenido invariable su participación en el PIB regional, con una cuota del 4 por ciento. En estas dos comarcas las tasas de crecimiento entre 1978 y 2018 fueron del 59 por ciento en el Eo-Navia y del 54 por ciento en el Oriente.

Por concejos, avances y retrocesos

Si se pasa a comparar el tamaño del valor añadido bruto generado por cada concejo, se aprecia que Oviedo, con 5.406 millones de euros, es el municipio que más aportó al PIB regional en 2018, cuando cuarenta años antes era Gijón el que encabezaba el ranking municipal de la producción en Asturias. El cambio de posición se explica por el hecho de que Oviedo tuvo en ese periodo un crecimiento 30 puntos porcentuales más alto que Gijón. En 2018, Oviedo y Gijón representaban conjuntamente más de la mitad del PIB generado en Asturias, habiendo incrementado su peso relativo en 6 puntos porcentuales entre 1978 y 2018. Además de Oviedo y Gijón, los concejos de Avilés, Siero, Llanera, Langreo, Mieres, Carreño, Corvera y Castrillón completan la lista de los diez primeros municipios con mayor generación de valor añadido bruto. En conjunto, los diez concejos con mayores niveles de producción aportan el 80 por ciento del PIB asturiano, cuatro puntos porcentuales más que en 1978.

En el extremo opuesto, el concejo que genera el menor valor añadido bruto es Yernes y Tameza, que aportó en 2018 poco más de un millón de euros, habiendo experimentado durante el periodo 1978-2018 una reducción del 35 por ciento en sus niveles productivos. Pesoz ostenta la posición penúltima en relación al tamaño del valor añadido bruto, con un valor muy próximo a 1,2 millones de euros en 2018, presentando una tasa de variación negativa del 42 por ciento durante los últimos cuarenta años. Los ocho concejos restantes que conforman el grupo de los diez municipios con menor tamaño productivo son: Illano, Santo Adriano, Villanueva de Oscos, San Martín de Oscos, Ponga, San Tirso de Abres, Peñamellera Alta y Amieva. El peso relativo conjunto de estos diez concejos no alcanza ni siquiera el 1 por ciento del PIB regional. En el gráfico de esta página se recoge el listado de los dos grupos de concejos que figuran a la cabeza y a la cola del ranking municipal de generación de valor añadido bruto, así como sus pesos relativos y tasas de variación en el periodo 1978-2018.

Si la ordenación de los concejos se realiza de acuerdo con el criterio de la tasa de variación entre 1978 y 2018, son los municipios de Llanera (con un incremento del 621 por ciento), Corvera (con el 531 por ciento) y Carreño (con el 426 por ciento) los que exhiben los mayores niveles de crecimiento. Por el contrario, los concejos de Caravia (con una reducción del 64 por ciento), Ibias (con una disminución del 57 por ciento), Illano y Teverga (con retrocesos del 51 por ciento) son los municipios que han visto reducido en mayor proporción sus niveles productivos. En el cuadro adjunto se incluye la lista y los datos correspondientes de los dos grupos formados por los concejos con mayores y menores tasas de crecimiento durante los últimos cuarenta años.

Distribución territorial de la producción

Para realizar una aproximación a los perfiles de cómo se distribuye espacialmente la generación del PIB regional se ha usado el indicador del valor añadido bruto generado por kilómetro cuadrado, que es una ratio que permite comparar el grado de utilización del territorio para el desarrollo de la actividad económica en cada concejo.

El valor añadido bruto generado en Asturias por kilómetro cuadrado ascendió en 2018 a 1,9 millones de euros, lo que significa –en términos reales– una cifra un 45 por ciento más elevada que la obtenida en 1978. Sin embargo, este valor de la media regional presenta significativas disparidades cuando se comparan diferentes agregados territoriales; así, si se toman las tres demarcaciones electorales, la zona central presentaba en 2018 un valor añadido bruto de 5,8 millones de euros por kilómetro cuadrado, mientras que las zonas oriental y occidental exhibían en esa fecha ratios mucho más reducidas: 497.000 y 370.000 euros por kilómetro cuadrado, respectivamente. Las diferencias incluso se agravan si se toma por un lado el área central, formada por trece concejos, y los 65 municipios restantes: un PIB de 14,5 millones de euros por kilómetro cuadrado que aporta el territorio central de Asturias frente a tan solo 529.000 euros por kilómetro cuadrado que se generan en el resto de la región.

La polarización de la actividad económica en los tres municipios más poblados (Avilés, Gijón y Oviedo) queda de manifiesto al situarse su valor añadido bruto por kilómetro cuadrado en casi 31 millones de euros, cifra que duplica la ratio media del área central y significa un valor dieciséis veces superior al que presenta la media de Asturias.

Dentro de los trece concejos que conforman el área central, destaca la elevada intensidad territorial de la actividad económica en el municipio de Avilés, con casi 60 millones de euros de valor añadido bruto por kilómetro cuadrado, lo que significa duplicar las cifras de Gijón y Oviedo, o multiplicar por siete la ratio que exhibe la media de Asturias. Sin embargo, entre los años 1978 y 2018 la generación de valor añadido bruto por kilómetro cuadrado en Avilés descendió en un 6 por ciento, siendo el único concejo del área central que siguió una senda de crecimiento negativo, frente a las elevadas tasas de incremento que siguieron municipios como Llanera, Corvera y Carreño.

Por comarcas, el PIB por kilómetro cuadrado

Si las comparaciones se realizan al nivel de las ocho comarcas que utiliza SADEI, destaca el valor añadido bruto por kilómetro cuadrado que se genera en la comarca de Gijón, con una ratio que alcanzó algo más de 11 millones de euros, lo que supone sextuplicar los valores de la media de Asturias. En segundo lugar, y a gran distancia, se sitúa la comarca de Avilés, con una ratio de 5 millones de euros por kilómetro cuadrado, y a continuación figura la comarca de Oviedo, que agrupa a 21 concejos, con un valor añadido bruto de 3,4 millones de euros por kilómetro cuadrado. Como ya se comentó anteriormente, durante el periodo 1978-2018 destaca el comportamiento negativo que han experimentado las comarcas del Narcea, Caudal y Nalón, que se han visto muy afectadas por la crisis de la minería del carbón.

Por municipios, el PIB por kilómetro cuadrado

Finalmente, si se considera el municipio como ámbito de comparación, Avilés es, con mucho, el concejo con mayor valor añadido bruto generado por kilómetro cuadrado, con un valor que se aproximaba a los 60 millones de euros en 2018, lo que significa una ratio que supera en más de treinta veces el indicador de la media de Asturias. Le siguen Oviedo y Gijón, con ratios que se sitúan en el entorno de los 28 millones de euros por kilómetro cuadrado. A continuación figuran los concejos de Noreña, Corvera, Langreo, Llanera, Carreño, Castrillón y Siero, que completan el ranking de los diez concejos con mayor PIB municipal por kilómetro cuadrado.

Por el contrario, a la cola de la clasificación de los 78 municipios según el valor añadido bruto generado en relación al territorio figuran cinco concejos con un valor de menos de 35.000 euros por kilómetro cuadrado en 2018: Ponga (24.000 euros), Illano (29.000 euros), Pesoz (31.000 euros), Ibias (32.000 euros) y Yernes y Tameza (33.000 euros). Completan la lista de los diez municipios con menor generación de valor añadido bruto por kilómetro cuadrado los concejos de Caso, Somiedo, Villanueva de Oscos, Quirós y Peñamellera Alta, todos ellos con ratios entre los 40.000 y 55.000 euros. Por otra parte, todos los municipios incluidos en el grupo de los diez con menores ratios de valor añadido bruto por kilómetro cuadrado presentan tasas de crecimiento negativas en el período 1978-2018, salvo en el caso de Villanueva de Oscos que presenta un incremento del 3 por ciento. Resultan especialmente destacables las caídas experimentadas en Ibias (-57 por ciento), Illano (-51 por ciento) y Ponga (-50 por ciento). Entre los diez primeros concejos con mayor PIB en relación con su territorio, salvo los municipios de Langreo (-30 por ciento) y Avilés (-6 por ciento), todos exhiben tasas positivas de crecimiento, destacando las ya citadas de Llanera, Corvera y Carreño.

Evolución de las disparidades espaciales de la producción

A lo largo de los párrafos anteriores se ha analizado el comportamiento seguido por la distribución espacial de la producción en Asturias durante el periodo 1978-2018, tanto a nivel de concejos como de otros agregados territoriales (comarcas y los distritos electorales, o el más específico de los trece concejos que configuran el área central); sin embargo, cabe preguntarse si –en conjunto– los desequilibrios espaciales en la generación del PIB asturiano han aumentado o disminuido durante los cuarenta años transcurridos entre 1978 y 2018.

Una primera aproximación a esta cuestión se puede hacer a través de la evolución de un indicador de convergencia que mediante el coeficiente de dispersión mida la cuantía de las diferencias del PIB por kilómetro cuadrado generado en cada concejo con respecto al valor de la media regional. A este respecto, y sin entrar en la formulación del indicador, solo es preciso conocer que un valor cero de dicho indicador implicaría que el valor añadido bruto por kilómetro cuadrado en todos los concejos sería el mismo y por tanto la suma de las diferencias municipales con respecto a la media regional serían igual a cero. Por el contrario, cuanto mayor sea el valor del indicador, mayor será la divergencia entre los municipios en términos de PIB por kilómetro cuadrado. El cálculo se ha realizado para todos los años del periodo 1978-2018 y los resultados se visualizan en el gráfico adjunto.

Como puede apreciarse en el gráfico 3, a partir de 1985 y hasta mediados de los años noventa del siglo pasado se produce una cierta atenuación de las disparidades espaciales en la generación de la producción en Asturias, siendo más acusada y persistente la reducción del índice de convergencia en el periodo 2000-2018. No obstante, y a pesar de que durante estas cuatro décadas de gobiernos autonómicos se hayan podido reducir los desequilibrios territoriales en la distribución del PIB regional –si bien de intensidad mucho más limitada que la seguida por la renta familiar disponible por habitante– queda un largo y difícil camino por recorrer para transitar de una economía asturiana dual como la actual –en la que la zona central acapara el 85 por ciento del PIB en un territorio que significa el 29 por ciento de la superficie regional– a una economía distribuida en la que los valores y composición en el valor añadido bruto municipal presenten diferencias mucho más reducidas que las que actualmente todavía persisten.

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